domingo, 10 de noviembre de 2024

Jam Session Nº 6

DIABLOS AZULES - JAM SESSION Nº 6
11 de enero de 2011

POETA INVITADA
Inma Luna


POETAS PARTICIPANTES POR ORDEN DE APARICIÓN: 1. Gsús Bonilla • 2. Giovanni Collazos • 3. Abel Aparicio • 4. Julio Adrián Rotela • 5. Gloria Gil • 6. Gabriel Maciel • 7. Raúl Quintana • 8. Batania • 9. Javier Javier • 10. Santiago Tena • 11. Miguel Retana • 12. Juana Vázquez • 13. David Coll • 14. Dani Orviz • 15. Graciela Zárate • 16. Ramiro Tapiz • 17. Juan Pinilla • 18. José Antonio Pamies • 19. Francisco J. Sevilla • 20. Luis Ricardo Suárez • 21. Raúl Campoy • 22. Valentina Trio • 23. Danilac • 24. Manuela Paso • 25. Nacho Aldeguer • 26. Alberto María Román • 27. Montoya • 28. Diego Saldaña • 29. Leire Olmeda • 30. Fernando Amado • 31. Irene del Barrio • 32. Macario • 33. El Cable Azul • 34. Rafael Sarmentero • 35. Patty de Frutos

DURACIÓN: Tres horas y veinticinco minutos (desde las 21:30 a las 0:55).

INCIDENCIAS: Gsús Bonilla, Dani Orviz, Ramiro Tapiz y Patty de Frutos recitaron de memoria; Francisco J. Sevilla y Nacho Aldeguer, además, lo hicieron improvisando. Graciela Zárate recitó leyendo el móvil. Hubo poetas entre el público (Alberto Lauro, Silberia, María Caos, Leo Zelada, Luis Daniel Pino, Bárbara Butragueño, Olaia Pazos...) que acudieron o se presentaron en algún momento de la noche pero no se apuntaron para recitar.

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Diablos Azules. Martes de alcohol y peonía. Del salón en el ángulo claro, treinta y cinco poetas, un presentador e Inma Luna. Se notaba que al micrófono le goteaba el colmillo y había muchas ganas de empezar. Empezamos.

Inma Luna es una macedonia madrileña de poeta, narradora y periodista que suele declarar que la poesía le ha ayudado a ser mejor persona. Entiende la poesía como terapia, autoconocimiento y aprendizaje ético. Existe una cofradía de la conciencia que opina que ni el genio, ni las supuestas condiciones chamánicas que poseen los poetas, ni el verso más soberbio te dan derecho a portarte mal con tu madre, pegar a tu hijo o insultar al vecino. Lo escribe muy bien Jorge Riechmann en su trabajo Malditos poetas, del que copio un fragmento:

Las más de las veces, el vampiro se piensa a sí mismo como mariposa. Malditos poetas: la obra completa de Paul Verlaine no justifica ni uno solo de los empellones y zarandeos, ni una sola de las bofetadas que propinó a su mujer.

(JORGE RIECHMANN, Conversaciones entre alquimistas, Tusquets, 2007)

Luna trabaja en íntimo lo familiar, lo lúdico, lo amoroso, lo femenino y lo feminista. Carlos Salem, que le hizo una presentación más larga de lo habitual, tiene acuñada una expresión, “poesía de la regla”, que le ha valido varias reprensiones entre el mujerío, y el martes quiso explicarse:

–Vamos a ver, no quiero que haya más malentendidos. Cuando hablo de “poesía de la regla” me refiero a esas poetas que, teniendo a su alcance toda la amplitud de lo humano universal, limitan sus poemas a un solo hecho, el de su condición de mujeres. Eso es lo que no entiendo. Pero la poeta a la que he invitado, Inma Luna, me ha demostrado que se puede ser mujer sin hacer bandera continua de mujer y feminista sin obligarse a escribir siempre en feminista.

Luna, admiradora de Clarice Lispector, nos ofreció un recital donde alternó poemas nuevos con otros de sus dos libros publicados, Nada para cenar (LFC ediciones, 2005), y El círculo de Newton (Baile del Sol, 2007). Recitó muy bien porque tiene el cuentakilómetros muy avanzado y es una poeta habituada al micrófono. De hecho, de los doce o quince poemas que recitó, sólo dejó de ser aplaudida en dos de ellos, todo un logro. Me gustó mucho éste que no lleva título:
Siempre que te me acercas
mi cuerpo desprende olor a humedad
pero no como huelen los techos de las casas vacías
sino con el aroma salvaje de los manantiales.
Leyó dos poemas dedicados a su padre enfermo y se refirió al poeta mexicano Omar Pimienta, del que contó que al principio no le gustaba mucho su poesía pero luego, cuando empezó a gustarle, le atrapó tanto que una noche tuvo un sueño donde Pimienta se le aparecía y le preguntaba: “Tú, Inma, ¿desde dónde escribes?", a lo que Luna le respondió: "Escribo desde la inquietud”. Y es cierto, confirmó la poeta, ya despierta, que escribe desde la inquietud. La anécdota la cuenta ella mucho mejor en su blog. Cuando empezó a recitar los poemas personales nos advirtió:

–Hablar de una misma parece un poco vanidoso, pero como dice Ana Pérez Cañamares, “hablo de mí porque yo soy cualquiera”.

Ya dijo Goethe que el futuro de la literatura sería confesional, pero vengo observando que casi todos los poetas que cultivan una poesía en la que dan cabida a lo social, político, crítico u otros afines siempre hacen alguna advertencia para hacerse perdonar el ego. Luna nos ofreció veinticinco minutos y gustó bastante. María Caos, al enviarme las fotografías, me ha dicho que se quedó impactada, hipnotizada ante su capacidad gestual. Para saber más de ella podéis leer la entrevista que le realizó Inés Matute para la revista Luke o Eduardo Boix en su blog Cuestión de ego. También os recomiendo la crónica de la jam que ha escrito Julio Castro para la página Larepúblicultural.es, donde dice, entre otras cosas: “Cada vez que escucho textos de Inma Luna, me parece que está más cercana al centro de lo que escribe, de lo que quiere decir”.

Jam Session de calidad notable
La sesión fue de un nivel más alto de lo habitual, quizá la mejor de todas, a pesar de la excesiva cifra de poetas, treinta y cinco, y la duración, tres horas y media, que hace imposible la concentración sostenida. Vengo diciendo que la poesía de bar, en su mayoría, está tocada por lo que Horacio llamó “la musa pedestre”, aquella que se atiene a lo narrativo, al contar cosas, al qué decir. Existen muchos refractarios a esta musa, y la opinión más dura contra el narrativismo de este binomio bar-blog se la leí a Robespierre, un comentador anónimo del blog Crítica poética y contracrítica, que la voy a copiar porque, a pesar de su sectarismo, me parece interesante:
La tendencia a la narratividad aumenta según disminuye la edad de los pretendidos poetas; a más juventud, menos poesía. Una amiga me prestó el término "poetas vagos" para referirme a estos narradores en columna. Impera en sus historias la anécdota vacía, el pastiche, el desahogo, la violencia verbal, la autocompasión, el odio macarra, la gracieta sexual... Y ego, mucho ego. Todos están obsesionados con Carver, Fante y ¡cómo no!, el manido Bukowski... ¡qué modernos! No les saquen de ahí, porque no han leído más. Son los bukowskianos, los poetas de "no ficción" (tremendo subtítulo), los perfopoéticos, las niñas que enseñan pezones y carmín en las fotos de las antologías, los de la barba trasnochada y el sombrero, los de la cerveza en mano, como si el símbolo les fuera a dar el halo poético del que no disponen. Es una pena, su estética es tan pobre y tan ramplona que durará muy poco. Por blogs y pubs pueden ustedes descubrirlos. Son legión.
(CRÍTICA POÉTICA Y CONTRACRÍTICA, 1 de julio de 2009)

Digo que la opinión es interesante y contiene algunas verdades pero me parece sectaria porque casi toda la poesía épica, desde la Ilíada o el Mío Cid, es narrativa. Todavía en el siglo XX poetas como Antonio Machado, Lorca, Saint-John Perse, Derek Walcot, Neruda, Hilda Doolittle, Carlos Williams o Watanabe escriben poemarios narrativos, por decir unos cuantos nombres, y actualmente, por referirme a España y citar algunos de mi predilección, Enrique Falcón, Manuel Vilas o Alejandro Céspedes trabajan lo narrativo desde estéticas muy alejadas de la bukowskiana. Por otra parte, aunque es cierto que Bukowski ha dado mil epígonos lamentables (pero no más que Cernuda, Rimbaud o Pizarnik), se me ocurren unos cuantos nombres españoles de mucho mérito, como Roger Wolfe, Pablo García Casado, David González, Karmelo Iribarren, Pepe Ramos, el propio Carlos Salem o Violeta C. Rangel, que no tendrían problemas en reconocer alguna deuda con el gran Chinaski. Me he enterado hace poco, por cierto, de que Violeta C. Rangel es un heterónimo del poeta Manuel Moya. Y, no se me olvide, Cristina Peri Rossi reconoció que Playstation, con el que se convirtió en la primera mujer que gana el Loewe, debe mucho a Bukowski.

Santiago Tena, Raúl Campoy y Dani Orviz
Tampoco la sesión del martes fue hija del realismo sucio, o al menos yo no encontré casi nada de eso. Las dos grandes ovaciones de la noche se las llevaron dos poetas que cultivan frecuentemente el lirismo: uno de ellos fue Santiago Tena, quien recitó el manifiesto que sirve de pórtico a nuestro blog Poesía sin papeles (AQUÍ), y el otro Raúl Campoy, quien leyó El caballete, una invitación a los poetas jóvenes para superar las disputas y banderías de los poetas consagrados y propiciar la unión, los nuevos aires y una nueva ética. Consistía el poema en el continuo trabucamiento de algunas palabras con los nombres de poetas célebres. Copio un fragmento:

[...]
La experiencia murió, la diferencia murió.
Campo y orozco
en los azules cardos. Poemas
que rivalicen en sombreros con los mares.
Poemas que se arrastren por los mestres y los años
como el bello de un topacio.
Sin pizarnik ni tizas
ni academias con sus asientos de higos.
Los bretones de mi chaqueta yo los rompo.
Que no sea vehemente dicen... te albertí dicen...
siendo ellos tenedor y plagio de un pavese,
exacto,
unos paveses son.
[...]

El poema que recitó de memoria Dani Orviz fue interrumpido hasta en cuatro ocasiones por los aplausos, nuevo récord. Anuncia Orviz para el 28 de enero otra presentación de su primer libro, Mecánica planetaria, en Diablos Azules, cuya asistencia os recomiendo fervientemente, porque asistí a la primera y me quedé sorprendido de hasta qué punto se puede hacer un espectáculo basado en las palabras. A los que no os gusta la poesía porque os parece un plomazo, ya tenéis una oportunidad para cambiar de opinión: si os falla Orviz abandono de una vez, os dejo en paz para siempre.

–Este tío se pone a recitar en el metro y se forra –me decía Alberto María Román.

Gsús Bonilla recitó por primera vez de memoria. Abel Aparicio leyó su poema político Siguen, los hijos de David, en favor de los palestinos, antes de volverse a Illescas. También leyó un poema de contenido social Javier Javier, que se estrenaba y suele utilizar seudónimos. Giovanni Collazos recitó Utilidad poética, muy bueno. La mucha cerveza y la mucha duración hacen que los poetas deban acudir al baño, y hay que tener cuidado de no coincidir cuando Salem está presentando, porque enseguida dice:

–¡Atención! ¡Un aplauso para Irene del Barrio, que está yendo al servicio!

Y ovación de gala para Irene, de la que oí grandes cosas sobre su pasión por la literatura en el grupo del Patio Maravillas. Gloria Gil destacó con una poesía fresca y directa y una recitación igualmente desinhibida. Macario y Alberto María Román cumplían años, tantos como cincuenta. Román me abordó hace muchos meses de la siguiente manera:

–Batania, cabrón, ¿qué haces pintando las paredes de mi casa?
–¿Cómo?
–¿Cómo? Bajé el pasado martes a la calle y me encontré en la oficina del BBVA la siguiente pintada: “Me han robado mi cartera vacía”.
–Ostras.

Pero me lo dijo con cariño, ojo, y hasta me invitó a pastel de chocolate. He puesto la pintada en el blog Batania. Ahí, justo encima de ella (ya fue borrada), en la Avenida del Mediterráneo esquina con Abtao, vive Alberto.

Julio Adrián Rotela
Recitó nítido y potente David Coll, hijo del gran humorista José Luis Coll. El memorioso Ramiro Tapiz gustó con el poema del gato que se comió los preservativos. Juan Pinilla estuvo resultón. Silberia se presentó en la jam, y eso que está a sólo nueve días de romper aguas (será niño), pero no recitó. Miguel Retana recitó madurísimo, sorprendente a sus veinte años. Su blog se llama Triscadecafobia. Nacho Aldeguer improvisó pero estuvo muy por debajo de su nivel habitual. Valentina Trio leyó un poema contra la manipulación y el entontecimiento al que nos lleva la televisión. Francisco J. Sevilla se acercó a una de las paredes del bar, hasta el lugar donde están escritas sobre fondo rojo todas las acepciones de “Diablos Azules”, y reivindicó la errata que hay en la séptima acepción, allí donde dice juedeocristiana en lugar del correcto judeocristiana. Sevilla llamó “ángel” a esa e que sobra. Bajo estas líneas a la derecha se puede ver la errata, cuya fotografía la hizo Pilar con mi cámara.

Hubo tres poetas que citaron a Benedetti: Javier Javier dijo que le visitó y se lo encontró en calzoncillos, y Montoya proclamó que estuvo una vez “por encima” del poeta uruguayo.

–Es cierto. Estuve viviendo en un bloque donde también vivía Benedetti. Él vivía en el tercero y yo en el cuarto. Por tanto, estaba un piso por encima de él.

También lo citó Julio Adrián Rotela, gran futbolista del equipo de los poetas elípticos (marcó cinco goles en el último partido, aunque terminaron ganando los poetas obvios), y otro de los protagonistas de la noche. Rotela ha vivido en Argentina, Uruguay e Italia antes de recalar en España. Además del poema de Benedetti, recitó otro de Gelman. Mostró naturalidad y cosas que decir. En Facebook se hace llamar Julio Medina Gimenes, y va cambiando de nombre a medida que esa red social le va cancelando las cuentas:

–Facebook me borra las cuentas porque dice que las utilizo para hacerme publicidad como poeta, cosa que no es cierta. También me censura algunas entradas. Cuando colgué fotos del día en que lanzaron fósforo contra Palestina, por ejemplo, me las borraron porque entendían que “ofendía a los creyentes de un determinado culto”.

Con Manuela Paso me pasa aquello que dijo Richard Nixon sobre los periodistas que destaparon el Watergate: “¿Por qué cuando yo digo algo suena a mierda y cuando lo dicen ellos suena a Channel número 5?”. Sus dotes de interpretación, unidas a la calidad de su poesía, multiplican el efecto que causa entre el público. En la crónica que he citado arriba, Julio Castro se detiene en la intervención de esta mujer. También podéis ver un videobook sobre su trabajo como actriz.

Salem cumplía su jam número 150. El número me agradó mucho, porque significa que las va contando, y eso es indicativo de que mantiene las ganas de guerra, a pesar de nuestras frecuentes caídas en la atención, de que hablamos y a veces montamos tertulias, o tiramos algunas cervezas al suelo sin querer, o vamos (algunos) siete veces al servicio en cada jam, o de la existencia de ese hombre tan querible como revoltoso llamado Paco Sevilla.

La sesión la cerró Patty de Frutos con un poema en el que decía no tengo ni puta idea de arte sin provocación, ideal para hacer una pintada. Con la del martes, el número de poetas diferentes que han acudido a las seis primeras sesiones se eleva a 102, cifra asombrosa y esperanzadora porque, por primera vez, se está rompiendo la historia habitual de las jam madrileñas, que consiste en recitan-los-mismos-de-siempre y escuchan-los-mismos-de-siempre. El martes se estrenaron diez poetas, cada uno con un padre y madre diferentes. Recuerdo que Alberti llenaba las plazas de toros y que Evtuchenko llenaba los estadios, pero esto es otra cosa, porque nosotros no llenamos el local de público sino, sobre todo, de poetas. Cuando lo hacemos mal, que ocurre muchas veces, el público se guarda mucho de mostrar su disconformidad por la sencilla razón de que están en minoría y podríamos lincharlos: nosotros somos más.


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VANESSA, poeta maricrónica