domingo, 10 de noviembre de 2024

Crónica de la Primera Noche del Soneto


DIABLOS AZULES - PRIMERA NOCHE DEL SONETO
7 de mayo de 2011

SONETISTAS PARTICIPANTES POR ORDEN DE APARICIÓN: 1. Luis Ricardo Suárez 2. Luis Oroz. 3. Batania 4. José Antonio Pamies 5. Silvia Nieva 6. Giovanni Collazos 7. Delia Aguiar 8. Ilkhi Carranza 9. Lidia Fernández 10. Jesús Malia 11. El Cable Azul 12. Pablo Cortina 13. Bill Gorton, taxidermista 14. Dani Orviz 15. Francisco J. Sevilla 16. Juan Luis Pérez Montoya 17. Carlos Salem 

DURACIÓN: Una hora y veintitrés minutos (desde las 22:25 a las 23:48). 

INCIDENCIAS: Batania y Giovanni Collazos leyeron dos sonetos de Luis Oroz. Juan Luis Pérez Montoya leyó uno de Aarón García Peña perteneciente a su poemario Dios y sus cómplices. Carlos Salem recitó otro de Almafuerte. Se ha convocado una nueva Noche del soneto para el 18 de junio.

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Más que la noche del soneto fue la noche del metasoneto, y las cortinas de Diablos Azules parecieron las de un teatro en que se estuviera representando La niña de plata, aquella comedia donde Lope de Vega intercaló el famoso y fundador Un soneto me manda hacer Violante. Sucedió además que muchos de los metasonetos fueron contrasonetos (solo Dani Orviz dedicó unas palabras previas a favor de esta composición), y a mí me dio por acordarme de Cristóbal de Castillejo, aquel poeta que se enfrentó a Boscán y Garcilaso por escribir al itálico modo. Cuesta imaginar que el soneto y el endecasílabo hayan sido atacados y acusados alguna vez de modernidad y de extranjería, de vanguardia y corrupción del gusto, pero es cierto.

Conviene saberlo. El soneto, que a algunos nos recuerda a esa tía solterona que nos espera en casa desde las once de la noche para reprocharnos todo lo que bebemos y lo tarde que venimos y lo malo que es andar detrás de las chicas malas y pechugonas, tuvo una infancia ratona y peligrosa. Allí donde tocó la puerta fue recibido a pedradas, como les suele ocurrir a las novedades, aunque logró saltar todas las bardas y en muy poco tiempo comenzó a reinar en toda Europa. Eran tiempos aquellos de gusto por lo simétrico y lo eufónico, tiempos en que a muy pocos se les ocurría arriesgar o probar cosas nuevas porque lo “nuevo” no se consideraba un valor per se, y al que lo intentaba (Lope en el teatro, Góngora en la poesía), se le arrojaban de inmediato y como bolas de granizo los nombres de Aristóteles y Horacio. Pero en esto llegó el romanticismo.

El romanticismo trae el culto a la originalidad y al yo. Eso que ocurría hace quinientos años en Europa, la misma catedral gótica o románica copiada-repetida-multiplicada cientos de veces y sin apenas variaciones de nación a nación, el mismo soneto petrarquista sobado y requetesobado de Cádiz a Londres pasando por París, entra en crisis. Se acaban las biblias para todos, los coranes para todos, los boileaus a los que hay-que-hacer-caso, y cada artista comienza a hacer su propia biblia o, la mayoría de las veces, va cambiando de biblia cada poco tiempo y toma de las fuentes más variadas para hacer su propia fórmula. Conozco a poetas que deben revisar su arte poética cada tres meses, porque el cambio de estación les afecta al cerebro. En esta nueva tesitura, el soneto sufre, languidece y parece a veces a punto de morir, pero demuestra una capacidad de adaptación grande y sigue dando obras maestras. Unos continúan destacando sus posibilidades, acentuadas con las flexibilizaciones que se han operado en el siglo XX en el uso del encabalgamiento, la rima asonante o ausencia de rima y la recurrencia a metros distintos al endecasílabo; pero otros seguimos reprochándole lo predecible, mecánico y sobresonoro de su artefacto, un artefacto que garantiza el sonido pero descuida a menudo el sentido. Recuerdo que Blas de Otero dice:
Ando buscando un verso que supiese
parar a un hombre en medio de la calle,
un verso en pie –ahí está el detalle–
que hasta diese la mano y escupiese.

BLAS DE OTERO, Y el verso se hizo hombre, Todos mis sonetos, Ediciones Turner, Madrid, 1977, pág. 55
¿Por qué dice Otero supiese diese escupiese, cuando la gramática nos enseña que se ha de escribir sepa dé escupa? Pues lo dice por la sencilla razón de que es la única manera de que le salga el endecasílabo. Licencia poética se le llama a eso. Licencia admisible, claro está, pero que va en contra de la naturalidad y la autenticidad y en favor del artefacto, del mero sonido. El ejemplo es exagerado y está tomado por eso mismo, para ilustrar que hasta en los más grandes sonetistas (Otero lo es) se nota una concesión a la mecánica. Personalmente, por decirlo en gordo y en bruto, prefiero el comienzo de Altazor, de Huidobro, o un poema como Walking around, de Neruda, o la Oda a Walt Whitman, de Lorca, a todos los sonetos que se han escrito en el siglo XX.

JAM SESSION CORTA Y DE BUEN NIVEL
La sesión fue magnífica, tan buena que a su término todos nos felicitamos como si aquello hubiera sido la conquista de Sagunto. Sólo acudieron dieciséis poetas, número perfecto para una jam, y sólo hubimos de escuchar durante ochenta minutos, tiempo idóneo a partir del cual todo comienza a ponerse pelmazo y basta ya. Ayudó en ese sentido la brevedad del soneto, claro. Por cierto que comprobé que mucha gente no sabe la anécdota real que le aconteció en televisión al poeta Antonio Gala con la presentadora Nieves Herrero:
–Nieves –le dijo Gala–, si me lo permites, voy a recitar un soneto.
–Ah –respondió Nieves Herrero–, sí, esto..., bueno, pero que sea corto, que andamos mal de tiempo.
El principal problema de la jam es que muchos sonetos tenían fallos. Estaba bien escrito el de Francisco J. Sevilla, los de Pablo Cortina, el de Aarón García Peña que recitó Montoya y los dos que nos envió Luis Oroz, que leímos entre Giovanni Collazos y yo y que fueron muy aplaudidos. También estaba bien escrito el de Jesús Malia, que leyó un soneto pluscuamperfecto, esto es, con rimas internas. Malia se presentó así:

–Yo soy enemigo del soneto. Solo consigo escribir sonetos para reírme de los sonetos.

Os recomiendo que entréis en su blog, Poesía abierta, donde está publicando sonetos de Gutierre de Cetina y, sobre todo, para que leáis la entrada en que sostiene un interesante debate con otro poeta sobre la pertinencia o no de esta composición en nuestra época.

Delia Aguiar cada día recita más segura y mejor. Luis Ricardo Suárez venía de decirme que la aparición de las máquinas versificadoras y diccionarios inversos motivó su renuncia al soneto, porque ahora el sonetista se encuentra con la rima y ya no ocurre como antes, que se esforzaba para buscarla. Pablo Cortina, que leyó también un buen soneto con estrambote, hizo la gamberrada de la noche con el siguiente:
Soneto soneto soneto soneto
soneto soneto soneto soneto.
Soneto soneto soneto soneto,
soneto soneto, soneto soneto.

Soneto soneto soneto soneto
soneto soneto soneto soneto,
soneto soneto soneto soneto
soneto soneto soneto, soneto.

Soneto soneto soneto soneto
soneto soneto soneto soneto,
¿soneto soneto soneto soneto?

Soneto soneto, soneto soneto
soneto soneto, soneto soneto
soneto, soneto, soneto... ¡soneto!
UN SONETO EN DOS MINUTOS
José Antonio Pamies me decepcionó con un soneto antiguo y bastante flojo en el que los acentos internos estaban dispuestos a voleo, como si estuviera echando sal a la ensalada. Recordemos que fue Pamies el que comenzó todo esto hace unos meses, cuando subió al micrófono y dijo:

–Para mí, el que no sabe hacer un soneto no es poeta.

En todo caso, Pamies y yo pertenecemos al mismo bando, el que considera que la crítica y hasta la polémica es buena dentro de unos cauces, y eso nos separa de la mayoría de nuestros correligionarios del binomio bar-blogs, donde la corriente mayoritaria es la buenista y relativista, aquella que sostiene que todo depende del cristal con que se mire y que lo único lícito es el elogio. A mí ya me han dicho tres o cuatro, sin que se les descomponga el gesto, que para hacer elogios basta con ser analfabeto, pero que para hacer críticas yo debería mostrar, al parecer, una cátedra de filología, los dieciséis idiomas que sabía Unamuno y tres masters en la universidad de Illinois. Y así nos va. Cómo vamos a mejorar si nos prohibimos la crítica.

Con Pamies conversé al final y pude comprobar que coincidimos en muchos puntos. La diferencia fundamental es que Pamies sostiene la reiterada idea de que hay que conocer las reglas antes de romperlas, mientras yo digo que esas reglas, desde el momento en que la teoría de la relatividad de Einstein y los estudios de la gramática moderna han demostrado que son falsas, no deberían ser obligatorias sino solo aconsejables. De todas formas, Pamies no es ningún bisonte de Altamira sino que participa de una línea blanda: sostiene que a un poeta le basta saber cómo se hace un soneto. Los hay de línea más dura, como Luis García Montero, que ha declarado recientemente:
–Desconfío del poeta que no improvisa un soneto en dos minutos.

(LUIS GARCÍA MONTERO, Charla con los lectores, Público, 18 de marzo de 2011)
Con lo que deberíamos desconfiar hasta de don Antonio Machado, pues es conocido de todos que el poeta andaluz contaba las sílabas con los dedos, y difícilmente se puede hacer un soneto en dos minutos si te pones a contar las sílabas con los dedos. En todo caso, este asunto me encampana mucho porque esconde una gran intransigencia: ¿por qué debemos perder un año o dos de nuestra vida en dominar con una meticulosidad de dos minutos una estructura que ya hemos dicho previamente que nos parece vieja, argantonia, carcamal, un sonajero, no-nos-gusta? ¿Por qué tenemos que afiliarnos al sindicato métrico clásico aquellos que ya hemos dicho nada más llegar que toda la tradición nos apesta a azúcar y eufonismo, a saturación y garcibolallas, a simetría y Doña Perfecta?

Bill Gorton recitó bastante mejor y con menos nervios que de costumbre gracias a los efluvios del agua de lambrusco. Aunque su cursineto, que así lo llamó, no era correcto, como tampoco lo era el sonsoneto de Giovanni Collazos, ambos captaron lo que yo entiendo que es la esencia del soneto: un planteamiento en el primer cuarteto que se desarrolla en el segundo, comienza a resolverse en el primer terceto y se remata en el segundo. La mayoría de los sonetos fallaron porque muchos los escribían por primera vez y no sabían que el sistema métrico español no es solo silábico sino silábico-acentual, esto es, las sílabas tónicas interiores deben descansar en ciertos lugares. Los fallos más repetidos fueron los siguientes:

a) Errores en el cómputo silábico, pues algunos se olvidaron de que al verso que termina en aguda hay que añadirle una sílaba, la misma que hay que descontar en el caso de que termine en esdrújula.

b) Uso y conteo despótico de la sinalefa.

c) Acentos internos puestos al tun-tun, sin tocar la sexta sílaba o la cuarta con la octava ni por casualidad.

d) Arritmos continuos en lugares donde no se puede (mis sonetos, por ejemplo).
En todo caso, tampoco hay que preocuparse extraordinariamente por estos errores, porque conozco muchos poetas grandes que escriben endecasílabos irregulares que, sin embargo, suenan bien. Veamos el siguiente cuarteto de uno de los sonetos más famosos de Lorca, el subrayado es mío:
Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas, y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla
para el gusano de mi sufrimiento
En este cuarteto lorquiano, el segundo y el cuarto endecasílabo son irregulares. Lo del segundo, con acentuación en 1ª, 4ª, 9ª y 10ª y arritmo incluido, es de garrafón total, algo que te echarían para atrás en cualquier taller de métrica. Y, sin embargo, este soneto sigue siendo una obra maestra y prueba que el talento se impone sobre los posibles errores.

EL SONETO "CALIENTE" DE SILVIA NIEVA
Dani Orviz demostró su frescura y facilidad rimadora y fue el único que defendió las características del soneto, “un artefacto que te coge por los huevos y te explota en la cara”. Francisco J. Sevilla recitó conmigo su soneto Fe de vida, que yo presenté como el mejor soneto de un autor vivo que he leído nunca en Madrid. Silvia Nieva escribió un soneto irregular pero fue una de las grandes triunfadoras de la noche con ABBA es nombre de grupo sueco:
El soneto es un ritmo métrico sexual
donde el placer ínfimo retoza más
si sabe contentarte no me negarás
entenderá el experto su instrumental.

Soneto es así líquido fundamental
gritan las pieles ay sigue sigue más más
Embiste, te desviste alegre por detrás
no meterla sería de tonto integral.

La rima te retiene en eso de durar
si mientras silabeas pierdes el hilo
con cierto tino frío ya entroncando

la hombría del poeta al penetrar
el honor de la dama toca el filo
al romper la medida y seguir amando
Ahora que lo vuelvo a leer me parece bastante mediano, pero todo lo que se recita en los bares con cierto contenido sexual suele funcionar bien. Más. Carlos Salem leyó uno de los sonetos medicinales y carnívoros de Almafuerte. Lidia Fernández recitó un contrasoneto y otro que ella tildó de “miraquelindo”. La noche fue pródiga en contrasonetos, y el último terceto del de Ilkhi Carranza concluía así:
No me gusta la poesía limitante
pues siempre me constriñe mi magneto
que solo en libertad es detonante.
Nos lo pasamos bien. Esperábamos hacer el ridículo y, comoquiera que estuvimos estupendos en nuestra propia opinión, hemos convocado una nueva Noche del soneto para el sábado 18 de junio. Para ese día nos hemos propuesto comenzar a contar las sílabas de forma correcta y poner bien algún que otro acento interno. Todavía es pronto para aventurar esto pero, si organizamos una sonetada cada pocos meses, quizá podamos llegar en dos o tres años a improvisar un soneto en tan solo dos minutos, para que García Montero se fíe de nosotros. Hablo de dos o tres años y no de menos, porque en dos minutos, con el nivel sonetístico que tengo ahora mismo, a mí no me da tiempo a nada.

Ni a quitarle la capucha al bolígrafo.

Jam Session Nº 17


DIABLOS AZULES - JAM SESSION Nº 17 
29 de marzo de 2011

POETO INVITADO
Julio Reija

POETAS PARTICIPANTES POR ORDEN DE APARICIÓN: 1. Marcus Versus 2. El Cable Azul 3. Agnes Llollbet 4. Malicia Cool 5. Bacovicius 6. Susana Corullón 7. Pablo Ponce 8. Bill Gorton, taxidermista 9. D’ffiomme 10. Batania 11. Máximo 12. Antonio Alfeca 13. Aurora Blanco 14. Luisa 15. Leire Olmeda 16. Álvaro Guijarro 17. Juan Pinilla 18. José Tomás 19. Leo Zelada 20. Giovanni Collazos 21. Luis Ricardo Suárez 22. Montoya 23. Sagrario del Peral 24. Sergio 25. Alberto María Román 26. Rafael 27. Delia Aguiar 28. Arancha 29. Toño Benavides 30. Willy Uribe 31. Ana Escalera 32. Pablo Cortina 33. Santiago Tena 34. Luis Oroz 35. Francisco J. Sevilla 36. Ángela de Luis 37. Francisco J. Najarro 38. José Antonio Pamies 39. Sara 40. Lidia Fernández 41. Juan Carlos Pérez Medina 42. Miguel Casasola 43. Pilar Martínez 44. Macario 45. Silvia Nieva 46. Ramiro Tapiz 47. Nares Montero 48. Ainhoa 49. Olaia Pazos 50. Carlos Salem

DURACIÓN: Cuatro horas y catorce minutos (desde las 21:51 a las 2:05).

INCIDENCIAS: Marcus Versus, Malicia Cool, D’ffiomme, Luis Oroz, Francisco J. Najarro y Ramiro Tapiz recitaron de memoria.

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lamparones  Raspa de pescadilla 
enroscada, mordiéndose la cola, 
hecha un ocho, un hachazo 
en la taberna, lamparones de grasa 
en los manteles, zurcidos calcetines 
a la luz de las velas. Mantequilla. 
Pido la paz y sobre todo la palabra. No puedo. 

NADIE HA INVENTADO LA PALABRA. 

LAMPARONES ES EL ÚLTIMO POEMA QUE PUBLICÓ EN SU BLOG EL POETA JOSÉ LUIS ZÚÑIGA, A QUIEN VA DEDICADA ESTA CRÓNICA

Cincuenta poetas comparecieron el último martes en Diablos Azules, cincuenta poetas con tres poemas-racimo en la mano y en cada uva un verso, tan juntitos y cincuentados que me entró el miedo de que aparecieran las fuerzas policiales, por esa cosa que tiene la poesía que incita a la acracia y los amores masivos. Carlos Salem, cabeza y brazo ejecutor de todo esto, proclamaba: 

–En Madrid hay más poetas que habitantes. 

Cincuenta poetas, ya digo. Hemos entrado en la alerta naranja. Se habla ya de salir por la noche con linternas y rottweilers a matar poetas a culatazos, o castigarles leyéndoles a la cara sus propios versos, o aplicarles las medidas antiplaga para liebres y conejos que aplica el gobierno australiano. Salem, sin embargo, en lugar de aprender y decir basta, parecía emocionado y quería más: 

–Pilar –preguntaba–, ¿nos atrevemos a organizar una jam de cien poetas? 
–Venga. 
–Pues ya está. Un día de estos vamos a convocar una jam para cien poetas, cada poeta un poema, a ver si lo conseguimos. 

CUATRO HORAS DE SESIÓN 
La sesión anaconda prolongó su cola durante cuatro horas y me gustó bastante, aunque mi recuerdo de lo sucedido está trastornado por los nueve tercios de cerveza que hube de beber para soportarla. No es broma y creo que me quedo corto: tres litros de cerveza es lo mínimo que debo beber para superar una procesionaria poética de cuatro horas. Los hay que beben menos pero necesitan más octanaje (de gin-kas para arriba). 

Giovanni Collazos recitó un poema del libro Bestimenta, de Óscar Pirot, primer poemario que publica este mexicano en España. El libro está editado por la editorial Papel de Fumar y cuesta tan sólo cinco euros. Malicia Cool molturó su actuación de impacto en inglés y en castellano, con poesía y con música, y luego fue citada en su turno por Antonio Alfeca. Leo Zelada apareció en el bar con respiración de búfalo y me avisó: 

–Batania, he traído un poema con el que voy a tirar abajo Diablos Azules. 
–¿No irás a insultar otra vez al público? 
–No, solo voy a criticarlo. Y también voy a criticarme a mí. 

Cuando salió recitó casi a voz en grito un poema en que denunciaba los defectos que en su opinión afligen a la poesía, un poema bastante largo que a los participantes en el chat gustó muy poco. El poema pertenecía a la estirpe metapoemática de denuncia y cultivaba un tono misoneísta y conminatorio ya muy frecuentado, como escrito con dedo de Dios y lanzado desde el Olimpo, pero a mí me gustó mucho por la cantidad de poéticas o actitudes denunciadas (yo mismo me vi acusado/denunciado en algunas) y porque era un poema pensado no sólo hacia afuera sino también hacia dentro. Si se aplicara el poema en su totalidad, el 100% de los poemas publicados actualmente, también los de Leo Zelada, quedarían destruidos o afectados en algunos de sus puntos; el valor de su poema lo mido por su penetración psicológica y por la veracidad que hallé en cada caso denunciado. Zelada es la carne en el vocablo, un poeta todo hígado al que nunca le había escuchado una crítica que tuviera también su parte de autocrítica. Hasta el martes. 

JULIO REIJA 
La sesión estuvo porticada por Julio Reija, el poeto invitado que mayor y mejor currículo ha presentado hasta ahora, cuya actuación provocó división de opiniones tanto en el bar como en el chat. Los poemas de Reija me parecieron distintos pero no difíciles, arriesgados pero no herméticos, lúdicos pero no enredosos. A mí me interesó mucho, que es distinto que gustar, y la prueba más clara es que a su término compré el libro (siete euros el martes, en la tienda cuesta once). La dificultad que ofrece este doble libro, Despiece peatonal / Respiración continua (Ya lo dijo Casimiro Parker) es que te propone una lectura muy distinta a la habitual. Yo me lo he ido leyendo otra vez mientras lo escuchaba por La hoja en blanco y, además de ganar mucho, me ha permitido darme cuenta con mayor amplitud de lo que ya constaté el martes: Reija es un recitador extraordinario. La lectura en voz alta de este duolibro es dificilísima y hay que tener un instrumento de muchas cuerdas para hacerlo, como es el caso. Lo que ocurre con Reija es que es un deshabituador, un poeta que rompe la lógica versal del poema y te ofrece un nuevo cauce de lectura, te la complica, te invita a otra cosa. El libro crece a la segunda lectura, a la tercera, a la cuarta. Prefiero leerlo en poemas sueltos que todo seguido, porque me agota, pero ya digo que Reija me hace sufrir, pone en cuestión mi forma de leer, que al lado de la que propone se queda lineal y vieja. Reija había dicho: 

–Yo de poesía sé muy poco. Yo sé de poemas, que son ocurrencias que surgen en momentos de creatividad y reflexión, y que cobran nueva vida cuando llegan a un lector. 

Su actuación duró 35 minutos, quince minutos por encima de lo que han invertido otros poetas, y creo que eso lo perjudicó, porque su poética es incómoda para oídos no habituados. Hay que desacostumbrarse. Tampoco creo que su poética sea única, ojo: en mi sección de poemas raros existe un poeta argentino, Edgardo B. Díaz, con el que al menos guarda parentesco. También Gonzalo Escudero, que cerró su blog, escribía poemas en cierta línea de consanguinidad. En todo caso, estas poéticas están muy alejadas de las poéticas centrales experiencia / diferencia que se venían haciendo en los últimos veinte años en la poesía española, y eso siempre es de agradecer. 

TOÑO BENAVIDES
Pablo Cortina, cuyo blog, como el de los demás (los que sé), lo podéis encontrar pinchando sobre su nombre en rojita, recitó un poema sobre Facebook y otro sobre Google. Bill Gorton, taxidermista me gustó con su poema “¿Por qué no soy poeta?”, sobre todo cuando decía No soy poeta, porque soy / el niño y tengo prisa. Aurora Blanco nos explicó lo que significa “maitines”. “Cállese los ojos”, decía un poema de Pablo Ponce, y Álvaro Guijarro asombró con un poema larguísimo de imágenes continuas y atrevidas. Toño Benavides destacó con este poema sin título que copio entero:
Para vosotros el vértigo de autopistas atravesando oscuras habitaciones de hotel entre ciudades y el borde de la tierra. 

Para vosotros, que lleváis el metal clavado en el pecho, saldado con luces de neón y sangre de mar. 

Para vosotros la migración de pájaros de cemento a lo largo de cañones de cristal, donde late mil veces el crepúsculo. 

Para vosotros, con la cabeza hundida en las tripas de la noche y la razón caminando sobre el filo de los cráteres de la luna, todo lo que los poetas no vieron, todo lo que perdieron, porque no se atrevieron a mirar. 
Son muchos los que me vienen trasladando lo que les gusta la poesía de Toño Benavides y me han preguntado por su blog, pero no tiene blog, una pena. Por cierto que apunté la semana pasada que habíamos convertido el chat de La hoja en blanco en la tertulia de Maripuri, versión azucareo y elogios desaforados, pero he aquí que a las once de la noche me dice Antonio, el que lleva Diablos Azules junto a Pilar y es uno de los dos responsables de la filmación de la Hoja en blanco: 

–El chat está petado. Y les están cayendo unas críticas a los poetas que no veas. 

Yo me asusté un poco, pero luego me he tranquilizado, porque Mayte Sánchez Sempere me ha enviado un extracto de noventa minutos y me he divertido mucho leyéndolo: existe cachondeo, alfilerazos, críticas canallas y en ese plan, pero nunca se cae en el agravio personal. Al menos, repito, en la hora y media que me ha mandado Mayte. Si no aguantamos esas críticas que sólo son con la puntita, apaga y vámonos. A mí también me criticaron, ojo, yo tampoco me libré. De hecho, opino ahora que ni Salem ni yo deberíamos leer el chat, como pasó el martes, porque la gente que entra a comentar se comporta con más libertad. 

La crítica es difícil porque la crítica duele, y precisamente porque duele sirve: es el dolor el que nos hace replantearnos los poemas, unas veces para reafirmarnos en ellos (las más) y otras veces para cambiarlos (las menos). Lo que ocurre es que hay que andar con cuidado, porque los hay de un susceptible que ni las princesas babilonias. Los biógrafos de Keats sostienen que las críticas de los diarios aceleraron el desarrollo de su tuberculosis; Cernuda se pasó la vida recordando rencoroso las críticas a su primer libro, Perfil del aire; Harry Martinson se clavó unas tijeras en el vientre poco después de recibir el Nobel (acabó muriendo a causa de eso), solo porque su poesía comenzó a ser acusada de “inocua” y “escapista”, y hace poco Ana María Matute ha declarado que el silencio narrativo que le duró veinte años se debió a la ferocidad de las críticas recibidas. Pero es imposible huir de las críticas desde el mismo momento en que entras en un foro, abres un blog o acudes a una jam. El asunto es el siguiente: o nos hacemos críticas de buena fe y a la cara o sucederá lo que a menudo sucede ahora, esto es: que solo existen críticas de mala fe y por la espalda. Opino. 

D’ffiomme nos hizo reír con sus coplas políticas y punzantes, como la de “Igualico que en tiempos de don Paquito”. Leire Olmeda concluyó un poema así: “Yo les propongo un trato: se llama democracia”. Marcus Versus, editor de Ya lo dijo Casimiro Parker, recitó en primer lugar haciendo el papel de borracho y me anunció un bombazo editorial para el verano. Marcus también me adelantó que preparan la segunda edición de Alas de amor y prosa, de Escandar Algeet, y me dijo: 

–Pon esto en la crónica: tenemos más seguidores en Facebook que número de libros vendidos. 

Compareció y recitó Bacovicius. El Cable Azul lució camiseta ajustada y leyó un poema en homenaje a lo que, debido a una crónica mía, ha bautizado “los tres pectorales”: Gaby Maciel, Montoya y él mismo. Por cierto que Gabriel Maciel es el poeto invitado para la semana que viene. Willy Uribe, ganador del Premio Silverio Cañada de Novela Negra y reciente finalista del premio Tusquets de novela, fue aplaudidísimo con su personaje inventado Lukas Wolkof, de quien dijo “lo he inventado yo pero está en vosotros”. Pamies recordó a Miguel Hernández y de Nares Montero capté: “Hago graffitis que dicen: La autoridad no existe”. Fue muy grande lo de Macario, quien se hizo con papel y bolígrafo e improvisó en unos minutos un par de poemas de mérito que fueron muy aplaudidos, tanto que se volvió y exclamó: 

–¡Y eso que no soy poeta! 

Silvia Nieva volvió a traerme palomitas, la quiero, y anuncia para el martes un poema que tratará de la jam y de las palomitas. A José Tomás le regalé “Tornado”, de Pere Gimferrer, que me parece poesía miraquelinda de altísimo nivel. Cuando hablo de poesía miraquelinda me refiero a un mestizado de glucosa, sentimentalismo y bisutería, a unos usos basados en lo sonoro, lo falso y lo gazmoño, a un tipo de verso que sigue sin pedir perdón y hace que la gente de a pie continúe haciendo la ecuación POESÍA = CURSILADA, pero también existen poetas grandes y actuales en esa línea, como el Gimferrer del citado “Tornado” o de “Amor en vilo”, los dos en Seix Barral. En todo caso, prefiero mil veces el Gimferrer del principio, el de Arde el mar. En fin, ya sé que el problema es mío. 

Luis Oroz acudió con un solo folio en el que traía anotados el primer verso de unos cincuenta poemas; a Oroz le bastaba leer ese verso para recitar el poema de memoria, qué crack. La sesión cincuentera la concluyeron Olaia Pazos y Carlos Salem, pero poco antes pudimos asistir a uno de los impactos de la noche: la participación de Pilar Martínez, que se acercó al micrófono con todo el largo de su pelo y recitó Nudo de almas, homenaje a Ángel González. Todavía nos dio tiempo, finalizada la sesión, a disputar la cuarta guerra púnica entre los romanos (catones partidarios de los poetas aburriendo) y los cartagineses (aníbales partidarios de los poetas alegrando), discusión que acabó con resultado dudoso a causa del alcohol. 

Eran las tres de la mañana cuando viré hacia mi trabajo, aún con los cincuenta poetas dando gritos y vueltas y hasta patadas en mi cabeza. Dan ganas de callarse ante tanta palabra, dan ganas de acogerse al silencio ante tanto abejeo, justo ahora que se ha ido uno de los pocos poetas buenos, uno de los mejores (Zúñiga), pero al final siempre vuelvo, siempre volvemos porque, como decía el verso que recitó Juan Luis Pérez Montoya, nada merece la pena, salvo contarlo.


Jam Session Nº 16


DIABLOS AZULES - JAM SESSION Nº 16
22 de marzo de 2011

POETA INVITADA
Sofía Castañón


POETAS PARTICIPANTES POR ORDEN DE APARICIÓN: 1. Abel Aparicio 2. Julio Adrián Rotela 3. Javier Javier 4. Martín Torres 5. Ilkhi Carranza 6. Mery Caos 7. Carlotta 8. Luis Ricardo Suárez 9. Leo Zelada 10. Manuel Cruz 11. Juana Vázquez 12. Pablo Cortina 13. Leire Olmeda 14. Giovanni Collazos 15. Álvaro Guijarro 16. Beatriz Calvo 17. Batania 18. Marta Massé 19. José Tomás 20. Santiago Tena 21. Luisa 22. Toño Benavides 23. Gaby Maciel 24. Unai Velasco 25. José Antonio Pamies 26. Delia Aguiar 27. Ramiro Tapiz 28. Silvia Nieva 29. Olaia Pazos 30. Carlos Salem

DURACIÓN: Dos horas y treinta y ocho minutos (desde las 22:00 a las 0:38).

INCIDENCIAS: Marta Massé, Unai Velasco, Gaby Maciel, Álvaro Guijarro, Ramiro Tapiz y Olaia Pazos recitaron de memoria. Santiago Tena recitó un poema leyendo desde el móvil y Carlos Salem desde el Ipad.

CHAT: Comenzó a las 9:56 y terminó a las 0:38. Participaron 30 personas: Voltios, Charcos, CarlosSalem, Violeta, Bill Gorton Taxidermista, Bel, Agalloeta, MayteLimones, Neorrabioso, William blake, leonellicea, Montoya, El_Cable_Azul, Gsus_Bonilla, Enea_Eldalie, V_Rosenstock, silviasnow, kacper, Iben Xavier, Mayte, poetamenor, tayler, Bea Calvo, Luisa Luna, EvaMonogatari, blue, Bletisa, olga, Genis y Palomacorrales.

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Estamos hartos de la simetría desde Baudelaire, estamos hartos de la belleza desde Rimbaud, pero he aquí de pronto, martes de Diablos Azules, asturiana y redonda, con piercing y rizos las veinticuatro horas del día, Sofía Castañón. 

Cada vez que bebo en verso, mi corazón carbura como un cadillac rojo, etc. Desde que Dante prefigurara el yo y Rousseau le diera su impulso definitivo, la literatura moderna es una floración de yoes, cada uno sus apellidos, algunos jactanciosos, seguros y pugnaces, y otros más pudorosos o tímidos o demorados. En esta última categoría podríamos situar el yo de Sofía Castañón, según reconoce en un video que me he encontrado en Pieces :
Creo que se podría considerar a Pablo García Casado como una de mis influencias, porque yo quería, como él, hablar de algo íntimo desde una voz lejana. También me considero nieta de Ángel González, hija no reconocida de Fernando Beltrán y hermana pequeña de Eva Vaz. Y de José Luis Piquero.
La poeta asturiana nos ofreció un minirrecital de veinte minutos donde tocó poemas suyos ya clásicos con otros nuevos e intercaló el castellano, “el idioma en que escribo”, con alguna cala en el asturiano, “el idioma en que respiro”. A veces profunda y a veces ligera, pareció muy segura de sus identidades familiares o regionales y no tanto de su identidad personal, como extraigo de su poema Ceci n`est pas une pipe, del que copio el comienzo:
Yo tampoco soy la que está 
aquí sentada, no soy la joven 
promesa, la chica lista con 
la flor a piel de ingenio, ni 
siquiera la rubia rizosa de los 
amantes simultáneos o aquella 
a la que le dolía la vida 
como si fuera una cicatriz 
por toda la garganta.
Recitó algunos poemas de memoria, con una manera de memorizar muy bonita, pues parecía que estaba improvisando, sobre todo el de “Me llamo Sofía”. El recital grabado se puede ver en La hoja en blanco. Gustó mucho entre el público del bar y los que asistían por internet. La valoración que se puede hacer de esta multipremiada poeta es la misma que de algunos poetas jóvenes: ya escribe poemas buenos y habrá que seguir su evolución para ver si, andando el tiempo, nos ofrece algo más integral, una visión más formada y distinta, una nueva sensibilidad, aquello que dijo Victor Hugo a Baudelaire después de leer Las flores del mal: “Usted ha fundado un escalofrío nuevo”.

JAM SESSION DE NIVEL MEDIO
Yo no sé qué ocurre con los poetas que, los pongas en el soporte que los pongas, lo mismo en el recital que en el foro o en el blog o en el chat, en menos de cinco minutos te lo transforman en una red de adulaciones y colegueos. En otros pagos no pasa. Yo suelo ver por Internet, sobre todo en Eurosport, muchas retransmisiones deportivas en directo, lo mismo de fútbol que de motos que de Fórmula 1, y en el chat que se habilita al efecto siempre me doy a discutir el penalti no señalado, el gol dudoso o la penúltima trampa de Frenando Alonso. No es que lo haga yo: lo hacen todos. Pero en la poesía no. En la poesía existe una ley no escrita según la cual todo debe convertirse obligatoriamente en una cobardía y un coñazo. El chat de La hoja en blanco, que podía ser una excelente oportunidad para que el público o los poetas de otros lugares pudieran valorar y comentar desde el respeto las actuaciones de los poetas, ya lo hemos convertido en guateque, palmadita y mera cháchara. Recitaba Sofía Castañón en asturiano y los comentarios eran del siguiente percal:
10:07 PM Violeta: qué bonito suena 
10:07 PM Bill Gorton Taxidermista: me encanta el asturiano 
10:07 PM charcos: precioso 
10:07 PM voltios: qué bien suena el asturiano en la voz de esta chica, coño 
10:07 PM Montoya: mola!
Cuando salió Ilkhi Carranza y recitó en euskera también nos pareció que el euskera es muy bonito, y si hubiera salido un burro manchego estoy seguro de que también nos habríamos emocionado con los rebuznos. Os podéis imaginar, si elogiábamos así los poemas cuyo idioma no entendemos, en qué hagiografías no caímos cuando se recitaron poemas en el idioma que sabemos. No hubo una sola crítica en tres horas de chat, y ni falta que hace, porque nuestra poesía, como todo el mundo sabe, es de tantos tenedores que no hay por dónde atacarla. Luego nos quejamos de que proliferen los trolls en la bloguesía o de que los Addison de Witt o el Lector-mal-herido, que son los únicos que hacen críticas de verdad, se oculten bajo el anonimato. Y nótese que no estoy acusando sino acusándonos: yo mismo participé en el chat con los mismos defectos que denuncio y repartiendo el mismo azúcar reglamentario.

La jam tuvo gatos y liebres, churras y merinas, partes altas y medias y bajas. Luis Ricardo Suárez, el poeta pijo, volvió a gustar con sus poemas estructurados en Título-Serie-Lugar-Fecha-Origen-Clave. Luis había dejado el siguiente comentario en este blog, referente a la división poesía de bar vs poesía de ateneo:
Tuve un cierto contacto con la gente de "los lugares de techos altos" y no quedé especialmente impresionado. Al final, la curva normal se cumple en todos los lugares, independientemente de la altura a la que cuelga la lámpara. Esa curva, para los poco puestos en estadística, es la curva 20, 60, 20. La mayoría de la población (60%) es normal. Un 20% destaca y otro 20% desmerece. Aplicada a los poetas, pienso que un 5% son geniales, un 15% de calidad, el 60% normales y el 20% manifiestamente mejorables. No, en "los lugares de techos altos" no encontré una concentración de genios.
Pablo Martín recitó un poema cómico donde erigía a Cristiano Ronaldo como paladín de los maricas. Abel Aparicio leyó Poesía, en el que aparecían hasta veinte nombres de otros poetas. Julio Adrián Rotela acudió con su hijo Fran y leyó poemas del poeta canadiense Mark Strand, de Ángel González y uno propio dedicado a Camilo Cienfuegos. A Rotela ya le he visto recitar tres veces y es un hombre comprometido con su tiempo que siempre lee poemas buenos de otros con abundante guarnición de anécdotas interesantes, pero tiene el mismo peligro que Kobe Bryant: como le pases la pelota, se la queda para él solo. Si hubiera treinta Rotelas en cada jam, las sesiones durarían como el Tour de Francia. Rotela, goleador del equipo elíptico que se hace llamar Julio Medina Gimenes en Facebook, también recordó el triunfo de Carmen Garrido Ortiz en el último Premio de Poesía Miguel Hernández.

Giovanni Collazos dedicó uno de sus poemas a Álvaro Guijarro, de quien dijo que le parecía el mejor poeta joven de Madrid. Luego salió el propio Álvaro Guijarro, que se estrenaba en la jam y se presentó así: 

–Tengo que decir tres cosas: Rimbaud no es un poeta joven, Baudelaire es un copista, Lorca murió asesinado. 

Eso dijo, y luego recitó de memoria un poema en una jerga indescifrable. No le pareció que fuera de mínimo respeto hacer una introducción aclaratoria sobre qué diablos estaba recitando, por lo que tras su actuación le dije: 

–Oye, Álvaro, dice Bill Gorton en el chat que si el primer poema que has recitado está en glíglico. 
–¿El poema en no-lenguaje? 
–Sí. 
–No. Es Girondo jugando al tenis con un catedrático de estética.

Javier Javier (J Seafree) recitó un poema que llevaba una frase de José López Taranco: “Un político que ha ascendido hasta la dirección de un partido es un cementerio de ideales”. Leire Olmeda recitó un poema contra la guerra de Libia y me dijo que el poeta más guapo de las jam no es Maciel ni Montoya ni El Cable Azul, sino Miguel Retana. Quede consignado. Me asombra y envidio la libertad, naturalidad y falta de complejos con que actúan las poetas, tanto en el bar como en el chat, a la hora de decir “tío bueno” a los valentinos y yogurines de la jam.

A media noche ya estábamos un poco abandonados y triunfó mucho un poema de Santiago Tena, poeta de quien Bletisa dijo en el chat que debería recitar el último todos los martes. Copio un fragmento:
[...] te abres amor en vivo hacia la mano, te abres amor en vivo hacia la nada, no hay palabras mayores, el amor es mayor, la única palabra es házmelo, la única palabra es ya me atrevo, la palabra mayor es te lo hago, y hoy y ayer y en la voz y en la noche y en el día, y desnuda y vivísima, y los ojos cerrados, y abriendo todo nunca y abriendo todo siempre [...]
El subrayado en negrita lo he hecho yo porque fue muy celebrado e ilustra que a ciertas alturas de alcohol a todos nos llama la atención lo mismo. Más. Marta Massé recitó de memoria salvo las veces que se le iba olvidando. De Carlotta capté: “Pertenecemos a esa minoría que poetizamos el cosmos”. José Tomás volvió a leer poemas sublimatorios y dijo ante micrófono:

–Me he enterado por la última crónica de Batania que me parezco a un tal Petrarca, poeta al que no conocía.

De este grosor son las ignorancias de algunos poetas. No conocen a Petrarca ni de nombre, no te lo pierdas. José Tomás me ha enviado algunos dibujos y cosas que hace y creo que tiene verdaderas facultades, pero yo no tengo órganos para valorar su poesía. Es superior a mis fuerzas. Tampoco a él le gusta la mía, lógico. Me adelantó que está pensando en comenzar a escribir en prosa por la línea Julio Verne y yo le animé en todo, porque para mí es una cuestión personal librarle de las garras de la poesía miraquelinda. Con ese tipo de poesía no quiero convivencias ni acuerdos de ningún tipo: quiero el exterminio.

José Antonio Pamies volvió a demostrar que es una bestia parda de la polémica y arremetió contra la censura que existe en el mundo de la poesía, que en su opinión está capturada y cautiva de la banda de los cuatro. Comenzó sereno y se fue calentando, a tal punto que hasta los del chat despertaron:
12:08 AM MayteLimones: esto es de verdad o es attrezzo?
12:08 AM Genis: está indignado. 
12:09 AM Bletisa: coña,,,,,, 
12:10 AM Montoya: el pamies se lia a hostias 
12:10 AM Enea_Eldalie: aunque sea consigo mismo, se va cabreando 
12:10 AM MayteLimones: a mí jose antonio me da un poco de miedo 
12:10 AM Bill Gorton Taxidermista: aaaaaaaaah esto es peor que perderse un capitulo de lost 
12:10 AM Enea_Eldalie: cualquiera lo para xD 
12:11 AM Montoya: es un tio muy majete, no os asusteis
Mery Caos recitó, entre otros, el poema con que ganó el Tercer Concurso Amparo Bletisa y otros locos del montón. Gaby Maciel estuvo estupendo en el recitado, quizá el mejor día que le he visto, con una mezcla de memoria y no memoria a la que va sacando todo el provecho. Os recomiendo que veáis las fotos que ha tomado Caos, porque en ellas se ven los gestos característicos de Maciel, sobre todo con las manos.

Eran las 0:40 cuando empezamos a despegar hacia casa. Se me ha olvidado decir que Carlos Salem concluyó la sesión. Que Olaia Pazos ejerció de Olaia Pazos. Que Unai Velasco rapeó por primera vez en Diablos Azules. Que Ramiro Tapiz volvió a dar muestras de su memorización entre pasmada y ocurrente. Que Luis Orozanuncia su llegada para el martes que viene. Que el poeto invitado será Julio Reija.

El martes que viene, más (azul).

Jam Session Nº 15

DIABLOS AZULES - JAM SESSION Nº 15
15 de marzo de 2011

POETO INVITADO
Santiago Tena


POETAS PARTICIPANTES POR ORDEN DE APARICIÓN: 1. Bill Gorton, taxidermista 2. Aurora Blanco 3. Gsús Bonilla 4. Escandar Algeet 5. Leo Zelada 6. Raúl Quintana 7. María Luisa 8. Chema Rubio 9. Milo 10. Odile 11. Miguel Retana 12. Javier Javier 13. Carlos Salem 14. Luis Ricardo Suárez 15. Paco Sevilla 16. Montoya 17. Lidia Fernández 18. Giovanni Collazos 19. Alfredo Piquer 20. Gabriel Maciel 21. Marta Massé 22. Carlota 23. José Antonio Pamies 24. José Tomás 25. Silvia Nieva 26. Ramiro Tapiz 27. El Cable Azul 28. Nicolás 29. Sergio 30. Nacho Aldeguer 31. Dani Orviz 32. Beatriz Calvo 33. Batania

DURACIÓN: Dos horas y cuarenta y ocho minutos (desde las 22:00 a las 0:48).

INCIDENCIAS: Gsús Bonilla, Leo Zelada, Miguel Retana, Francisco J. Sevilla, José Tomás, Ramiro Tapiz, Nacho Aldeguer y Dani Orviz recitaron de memoria. Carlos Salem lo hizo leyendo el Ipad. Batania leyó Mantenerse callado, de Beatriz Calvo. Minutos antes de terminar la jam, Carlos Salem hizo una reflexión-homenaje al Entrelíneas Librebar, que ha cerrado.

CHAT: Comenzó a las 9:53 y terminó a las 0:48. Participaron 24 personas: Silviasnow, Luisa Luna, Charcos, Luis Oroz, MeryCaos, Neorrabioso, CarlosSalem, Natalia, Palomacorrales, Ángeladeluis, Gsus_Bonilla, Enea_Eldalie, Sofia Serra, Poetamenor, LeireOlmeda, EvaMonogatari, Pp, Violeta, Egomanías, Mayte, Juan Carlos Pérez Medina, Beina, Juanhito y Carlotti.

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Y en esto, después de cuatro meses azules, quince jam session azules, ciento cincuenta poetas azules y más de mil poemas azules recitados, Santiago Tena se puso ante el micrófono de Diablos Azules y comenzó a leer Azul:
...azul, azul. El universo es azul. Yo no creo en nada. Solo sé que eres azul, que el mundo no existe, que el amor no existe: el amor es, y que todo es azul.
“De toda la poesía, tú eras el fuego azul”, escribió Neruda para referirse a Miguel Hernández, y al fuego azul recurro para definir a Santiago Tena, cuya citada prosa, que hizo llorar a Javier Javier, podéis leer al completo dos entradas debajo de esta crónica. Crónica que trae la novedad de los links: a partir de ahora, si pincháis en los nombres en rojita, accedéis al blog o facebook del citado (el que tenga).

A Tena lo conocí hace casi tres años en la presentación de un libro de Luis Carlos Cuesta Maestro, Bajo la piel del alma (SIAL), del que Tena era prologuista. Más tarde lo encontré en la red pilotando un blog, Amor y libertad, cuyas prosas de fino lirismo le habían hecho acreedor a un público muy amplio. En una entrevista leí que le llamaban “estrella de blog”. Su bitácora, que luego ha destruido y reconstruido un par de veces, contaba por aquel entonces con la asombrosa cifra de seiscientos seguidores, más asombrosa si tenemos en cuenta que casi quinientos de ellos eran mujeres. Y yo, que soy malo y casi pelirrojo, me acercaba a Santi y le decía:

–Quinientas mujeres entre seiscientos seguidores, Santi. No me jodas. Eso no puede ser una casualidad.
–Bueno, es que la mayoría de blogs en que dejo comentarios son blogs de mujeres.

Estamos ante el fenómeno de un escritor vitalista y equivocacionista que quiere y se deja querer por las mujeres, un escritor riguroso y aplicado en la forma que, me atrevo a decir, no escribiría si no existieran las mujeres (nos pasa a muchos) y vive por igual de los disgustos y el cariño que recibe de ellas. En el chat se pide a Tena. En los blogs se pide a Tena. En la jam se escucha a Tena. El fenómeno Tena ha dado pie a que Olaia Pazos, cada vez que le toca presentarlo, suela decir:

–Chicas que veis la jam desde internet, ¡yo lo he tocado! ¡He tocado a Santi Tena!

El escritor nacido en Montevideo volvió a decir que Diablos Azules es su lugar literario favorito de Madrid y, tras reivindicarse como el único poeta que ha asistido a las quince sesiones malasañeras, nos ofreció un recital cronometrado (“me he tomado el tiempo en casa para no pasarme”, dijo), en el que tiraba los folios a medida que los iba terminando. Su lectura recibió abundante cosecha de aplausos, y sólo faltó que posara con el pie encima de la pieza cobrada, lo mismo un ciervo que un jabalí. Destacó el citado Azul y el que dedicó a su novia barcelonesa Natalia, pero como La hoja en blanco ya ha publicado el video completo de su actuación, me ahorro la glosa no sin añadir que las actuaciones de Tena siempre suben la calidad de la jam, a tal punto que le suelo comentar:

–¿Y tú qué haces con nosotros, Santi?
–¿Qué quieres decir, Batania?
–Joder, un tío con ese ritmo que tienes tú, que hasta metes de rondón endecasílabos y alejandrinos en tus prosas, ya me entiendes. Mucho nivel.
–Bueno...

La gente del nivel de Tena hace su carrera poética en el Ateneo, el Círculo de Bellas Artes, la Residencia de Estudiantes, la Casa de América, los lugares de techos altos donde realmente se cuece la alta poesía, allí donde van los poetas que se reparten los premios y trabajan una poesía respetuosa con la tradición, poetas entre los que es fácil encontrar el cultivo del correlato, la máscara, la sugerencia, lo impersonal, poetas en cuyos versos es imposible hallar la palabra lechuga o la palabra alcachofa. La poesía de bar es mayoritariamente figurativa y narrativa y la poesía de ateneo es abstracta y metafísica, por hacer una de las simplificaciones binarias que tanto me gustan, aunque ocurre últimamente, y no hablo solo de Santiago Tena, que empiezan a acudir a los bares poetas de otras cuadras con mayor pedigree, quizá porque ya no seamos tan malos como dicen que éramos o porque somos más divertidos de lo que van contando por ahí las chicas que nos abandonan.

Cuando empecé a acudir a las jam en 2007, los únicos con libros publicados eran Carlos Salem, Óscar Aguado, Francisco J. Sevilla, Leo Zelada y alguno más que seguro que se me olvida; ahora, en cambio, casi la mitad de los que leen tienen libros publicados. A Tena lo incluyo en ese grupo “elevador” del nivel general, porque su lirismo visceralista y su muñeca ultrarrítmica lo han convertido desde su llegada en una referencia inevitable. Nos hace crecer. Aún así, y por hacerle alguna crítica desde mi sesgo cachicuerno y narrativista, me atrevería a decir que en sus prosas líricas la utilización constante de la anáfora y el polisíndeton, que le permiten ser brillante e intenso en uno o dos folios, crean cierto cansancio a medida que las páginas van pasando. Por otra parte, me gusta más cuando refrena un poco su lirismo, como en el Manifiesto que escribió para el blog Poesía sin papeles, o cuando se atreve a alguna audacia prosaica, como en ese poema de La mansedumbre calculada (SIAL) donde dice “Ingeniero de amor sin coca cola”, delicioso, y echo de menos que no insista más en esos sembríos.

LA JAM SESSION Y EL CHAT
La jam me pareció bastante buena. La mayor parte de los poetas no hizo uso de su derecho a leer tres poemas, por lo que nos salió una jam ligera y fitipaldesca. Para que luego digan, digamos, que somos vanidosos. La retransmisión en La Hoja en blanco y el chat, por otra parte, están percutiendo y alterando las sesiones en directo, pues suscitan interacciones entre los dos lados. Mery Caos, por ejemplo, como el martes pasado se quedó en casa, escribía en el chat:

–¡Carlos, por favor, si está Gio no tardes mucho en sacarle, para que lo vea mi madre!!

Y Salem, inmediatamente, sacaba a Giovanni Collazos, sólo para que pudiera verlo la madre de Caos desde su casa. Y cuando Salem recitó su arrasador País borrado, país robado, comoquiera que en el chat el que firma como Poetamenordijo que el poema se pasaba de narrativo y entraba de lleno en la prosa, Salem, que es de los que duerme mal si pones un solo guisante debajo de los siete colchones de su cama, aprovechó la siguiente presentación para contestar:

–A ver, en el chat hay un tío que dice que mi poema no es verso. Pues te voy a decir una cosa, tío: me la suda si es prosa o es verso. Me la sudan las etiquetas de si esto es verso, es prosa, es de la experiencia o es de lo que sea. Que cada uno escriba lo que le salga de los huevos y se deje de gilipolleces.

Así habla nuestro jefe. Escuela Chandler / Bukowski. Estoy orgulloso de él. Vaya esto como aviso a Isabel García Mellado (felici-) o Silberia (-dades), para que no se les ocurra venir con el recién nacido a la jam session, porque tenemos un jefe que dice muchos tacos y no es plan que se eduquen desde tan pronto en esa sintaxis. Cuánto mejor que vayan escuchando a Bach y Spandau Ballet.

Escandar Algeet y su sombrero recitaron Cerdos y moscas. Cito su sombrero porque es importante para su imagen, como lo es el pañuelo en Salem, las sudaderas con gorro en Aldeguer, los pestañeos en Gaby Maciel, los guantes hasta el codo de Manuela Paso, el mechón cayendo por la cabeza de Bill Gorton (que se llama Natalia) o el abrigo de Francisco J. Sevilla. Escandar había acudido a la jam con Milo, a quien conoció en el foro de Extremoduro, foro en el que también comenzó Gsús Bonilla, que a su vez recitó de memoria su clásico de Tom Hanks.

Leo Zelada volvió a subirse al estrado después de semanas sin hacerlo y denunció la situación de los indios del Perú. Alfredo Piquer, del Círculo de Bellas Artes, destacó con una poesía depurada y una recitación tranquila. En el chat, Leire Olmeda, que también veía la jam por Internet, lanzaba piropos a los chicos que subían a recitar, sobre todo a los tres que lucen pectorales y tableta de chocolate: Gaby Maciel, El Cable Azul y Montoya. José Tomás recitó más tranquilo que la semana pasada y me regaló un poemario suyo, Gota a gota (Vision Net, 2004), cuya dedicatoria,
También
Dedico este libro a María,
la Virgen más bella, mi luz,
mi apoyo, mi estrella.
me hizo sospechar lo peor, sospechas que he confirmado ampliamente tras la lectura, y que me hacen repetir lo que llevo siglos diciendo, esto es, que el poeta más influyente de la historia no es Rilke ni Eliot ni Baudelaire ni Blake ni Dante ni Virgilio ni Safo ni Homero: el poeta más influyente de la historia, el que continúa generando miles y miles de imitadores jóvenes, sigue siendo Petrarca.

El Cable Azul recitó un poema buenista sobre la igualdad entre sexos que funcionó muy bien por su manera vertical y progresiva de recitarlo y porque estaba muy bien estructurado. Luis Ricardo Suárez es un poeta divertido y moderno, que antes del poema te da la situación, origen y solución de lo que va a contar, un poco a lo Brecht pero con más humor. Marta Massé, que siente de tal forma lo que escribe que no pudo reprimir las lágrimas la primera vez que recitó, comienza a hacerlo con normalidad. Por cierto que Marta me ha dicho:

–Batania, prefiero que no me pongas nunca en tus crónicas a que me pongas mal, como hiciste en la última con El Cable Azul. Como hables mal de mí y se entere todo el mundo, te juro que te mato.

Ya aviso de que, en el caso de que aparezca asesinado, la policía tiene que comenzar la investigación por la lectura de mi última crónica. Y no me refiero a Marta, que sé que lo dice en broma y a la que voy corrompiendo poco a poco (le he regalado una camiseta neorrabiosa). Además, yo hablo siempre muy bien de todos vosotros, porque me parecéis unas personas muy sencillas y muy buenas. Otra cosa, ay, son vuestros poemas.

LA GUERRA DEL SONETO
Sobre las doce de la noche todos competían por gustar a la madre de Caos, que nos seguía por Internet. Bill Gorton leyó un poema más elaborado que de costumbre pero con menos intuiciones que de costumbre. Javier Javier fue muy solicitado en el chat: pinchando en su nombre accedéis a su Facebook. Por cierto que Javier ha dado un recital en el Bukowski en el que se fue desvistiendo hasta quedarse en calzoncillos, todo muy dadá-surrealista.

Silvia Nieva nos trajo palomitas riquísimas, gracias, y en la recitación se presentó como una mujer “monógama, enamoradiza y heterosexual”. Paco Sevilla leyó cinco poemas en 55 segundos, uno de los cuales decía “Lo mejor del capitalismo es el fin de semana”. La sesión la concluyeron Nacho Aldeguer y Dani Orviz, que estuvieron en su alto nivel memorioso y ecléctico habitual. Orviz leyó además un soneto sobre cómo hacer un soneto, en la línea del que abrió Lope de Vega (“Un soneto me manda hacer Violante”).

El soneto fue uno de los protagonistas de la velada. Hubo quienes se quedaron defraudados cuando vieron que José Antonio Pamies y yo no nos pegamos ni nada y hasta nos dirigimos cordialmente la palabra. Comoquiera que algunos vieron nuestro buen rollo con sospechas, y antes de que las malas lenguas lo destapen, voy a decir la verdad: sí, fue un montaje. Lo que ocurrió es que la jam session de la semana anterior me pareció malísima y no tenía nada que contar, por lo que, viendo que Pamies iba a salir de los últimos, le dije:

–José Antonio, por favor, cuando salgas di la primera burrada que se te ocurra, porque no tengo con qué llenar la crónica.
–¿Burrada? ¿Qué tipo de burrada?
–No sé, cualquier barbaridad. Que Cervantes escribió El Quijote con los pies, como dijo González-Ruano. O que Lorca escribía en fascista, como dice Fortes. O que Gamoneda es un gran poeta.
–Vale. Cuenta conmigo.

Al final salió con lo del soneto, pero lo mismo podía haber salido con que Rosalía de Castro era ninfómana o con que Tirso de Molina trabajó de Drag queen en Mesón de Paredes. El caso es que, gracias a nuestra pequeña travesura, hemos estado una semana de debate continuo, animando el cotarro, y el manual de métrica de Navarro Tomás, que en la biblioteca Pedro Salinas nadie había pedido en préstamo desde el año 73, ha sido solicitado en la última semana hasta en tres ocasiones.

Pasaban cincuenta minutos de la medianoche cuando concluyó la jam session. “Donde nací, / al acto de irse se le llama borrarse”, decía el poema de Salem, y eso es lo que hicimos. Nos fuimos. Nos borramos.

Jam Session Nº 14


DIABLOS AZULES - JAM SESSION Nº 14
8 de marzo de 2011

POETO INVITADO
Miguel Retana

POETAS PARTICIPANTES POR ORDEN DE APARICIÓN: 1. Leonel Licea • 2. Toño Benavides • 3. Ramón del Pomar • 4. D’Alfiomme • 5. Juan Carlos Pérez Medina • 6. Nina Salinas • 7. El Cable Azul • 8. Malicia Cool • 9. Jorge Muñiz • 10. Guillermo Mor • 11. Paloma Corrales • 12. Leire Olmeda • 13. Luis Ricardo Suárez • 14. Juana Vázquez • 15. Allan Martínez • 16. Batania • 17. Dori Campos • 18. Santiago Tena • 19. Delia • 20. Carlos Salem • 21. Silvia Nieva • 22. Javier Javier • 23. Bill Gorton, taxidermista • 24. Arturo Ramos • 25. José Tomás • 26. Juan Luis Pérez Montoya • 27. Marta Massé • 28. José Antonio Pamies • 29. Gabriel Maciel • 30. Francisco J. Sevilla

DURACIÓN: Dos horas y cuarenta y ocho minutos (desde las 21:53 a las 0:41).

INCIDENCIAS: Malicia Cool, José Tomás y Miguel Retana (algunos poemas) recitaron de memoria. Carlos Salem lo hizo leyendo el Ipad. Los poemas de Leonel Licea, Paloma Corrales y Allan Martínez se recibieron en el correo siqueimporta@gmail.com, y fueron leídos por Carlos Salem, Leire Olmeda y Batania, respectivamente; el de Dori Campos lo traía consigo Santiago Tena, que fue el que lo recitó. Diablos Azules ha incorporado desde la sesión número 7 una pantalla de televisión en la parte de atrás desde la que se puede ver y escuchar al que actúa ante micrófono. Por otra parte, y desde hace dos sesiones, Olaia Pazos ayuda a Carlos Salem en sus tareas de presentación.

CHAT: Comenzó a las 21:52 y concluyó a las 0:44. Participaron 25 personas: CarlosSalem, Enea_Eldalie, Clitemnestra, Egomanias, Charcos, Palomacorrales, MayaEz, Gsus_Bonilla, MayteLimones, Luis, Natalia, Luisa Luna, Andrea, JorgeM, JMG, Carlotti, EvaMonogatari, Lola, MeryCaos, Inesprades, Giovannicollazos, Juan Carlos Pérez Medina, Gestor procesal, Malicia Cool y Leinadzivro

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Martes de Diablos Azules. Jam Session número catorce. Volvió el cronista. Aunque ha dado dieciséis razones diferentes y a cada cual más retorcida para su vuelta a las crónicas, la triste y mostrenca realidad es que su índice de popularidad había descendido dos décimas y no pudo soportarlo. A la sesión acudieron treinta poetas y en lo más alto de la pirámide, con veinte años y a punto de apretar el gatillo, Miguel Retana.

Miguel Retana es ese chico que firma con M. en este blog y deja unos comentarios que asombran por su redacción, cultura y poesía, a tal punto que algunos han descubierto su bitácora, Triscaidecafobia, a raíz de lo sugerente de esos mensajes. El comentario en el blog, que para muchos de nosotros cumple una mera función valorativa, en otros se convierte en un arte, y el cronista siente mucho orgullo por algunos opinadores que han pasado o siguen pasando por aquí, como Roxana Arrazola, Pedro Arguedas, Ernesto Castro, Escandar Algeet, Danilac, Beatriz Calvo o el propio Retana, cuyas opiniones incurren a veces en literatura y alcanzan verdadera calidad de página.

A Retana lo conocí hace tres años y me habló muy mal del Neruda de los Veinte poemas. El martes dijo ante micrófono que Madrid es la única ciudad que conoce y la que menos le gusta. Recitó durante media hora y lo hizo con bastante seguridad, alternando el verso con la prosa poética y la lectura con la recitación memorizada. La retransmisión en directo por La hoja en blanco ha alterado en parte las dedicatorias de los poetas, que ahora apuntan a la gente del otro lado:

–Este poema –dijo Miguel en una ocasión– lo escribí en un momento difícil y se lo dedico a Elena, que sé que me está viendo ahora por Internet.

Su poética me pareció una poética en crisis: crisis del yo, crisis ante la falsa macedonia de la Babilonia actual y crisis y extrañamiento en el trato con el otro. Me sorprendió su capacidad para introducir el vocabulario actual más variado, ese que no aparece en el DRAE y tampoco en el Seco pero sí en las Páginas Amarillas, y los distintos tonos poéticos que sabe manejar, a veces brutales:
he encontrado una alianza de
oro blanco entre mis heces
La mayor parte de los poetas de Diablos Azules que escribimos en confesional, yo mismo, lo hacemos desde un yo heredado del yo romántico: no existe confusión entre el yo de carne y hueso y el yo que escribe. Tratamos de decir la verdad, nuestra verdad, bien porque creemos en esa falacia o bien porque ni siquiera nos la planteamos. Los poetas llamados de la experiencia, en cambio, son muy conscientes de que el poema es un artefacto y escriben desde un yo ficticio: uno nunca sabe si lo que cuenta García Montero es falso o cierto porque él no busca la verdad, sino la verosimilitud. Lo más moderno ahora, por hablar de otro escalón del yo que han traído los últimos avances en neurología, es la negación del yo: lo único que existiría son múltiples, distintos y sucesivos estados de consciencia. No hace mucho tiempo he leído una entrevista a un autor anglosajón, ya no recuerdo a quién, en que éste, para criticar a otro poeta, decía: “¡Bah, está tan atrasado que todavía cree en el yo!”. He hecho este pequeño preámbulo para subrayar que me pareció que Retana está empezando a dudar de su yo romántico y camina hacia otros, como se extrae sobre todo de su poema en prosa Veo, o como en Patria:
........................Mi patria se llama Útero
la vida en el exilio me enseñó a ser simultáneo
.....................................ser
.............un....................ciudadano-hombre
.....................................ser
.............un....................náufrago-amniótico
Gustó mucho el poeta, tanto entre el público como en los comentarios que dejaron los participantes en el chat, aunque siempre que nos encontramos ante alguien tan joven nos surge la misma pregunta: ¿Hasta qué punto estamos elogiando su calidad y no su juventud? ¿Lo elogiaríamos de igual modo si tuviera cuarenta años? Ya decía Ferlinghetti que los jóvenes que escriben poesía no lo hacen por poetas sino por jóvenes, pero en el caso de este chico veo mucho más, porque su poética está muy alejada del emocionalismo típico que encuentro en otros. “Necesito existir para que mi ficción exista”, dice en otro poema, y ese ser-tan-consciente-de me lo aleja de las habituales poéticas de la inmadurez.

JAM DE BAJA CALIDAD
La jam ha cambiado bastante en las seis últimas sesiones. Las diferencias fundamentales son tres:

1. Se ha instalado una pantalla de televisión en la parte de atrás para que los espectadores que están situados en ese lugar puedan ver la jam con mayor nitidez.

2. Olaia Pazos acompaña a Salem en las tareas de presentación. Las presentaciones de Pazos son alucinadas, exageradas, buenísimas.

3. Las sesiones se retransmiten por La hoja en blanco, donde también existe un chat para que los internautas comenten las actuaciones. También se ha habilitado una dirección de correo, siqueimporta@gmail.com, a la que se puede enviar poemas para que sean recitados en directo por otros poetas, como ocurrió con los de Leonel Licea, Jorge Muñiz o Allan Martínez.
La sesión me pareció bastante mala. Como para avisar a la ambulancia, oiga, llamo desde Diablos Azules, tenemos aquí a una mujer, una tal Poesía, cada vez tiene peor cara, envíen un vehículo rápido, por favor. No comparecieron los grandes interpretadores, como Aldeguer, Orviz, Paso o Danilac, y los poetas presentes me parecieron lejos de su mejor nivel. Nada parecido a la jam de la semana pasada, en la que hubo muy buenas actuaciones y una de ellas, la de Arturo Martínez, me pareció superior, de esas que voy a recordar durante mucho tiempo. Competíamos el martes además con el Barcelona-Arsenal, y ocurría por ejemplo que uno estaba escuchando la recitación de Leire Olmeda, en el momento exacto en que pronunciaba “lloré por esa magdalena seca”, y de pronto alguien susurraba por detrás:

–Gol de Messi.

Sin embargo, como sucede en las jam, siempre hay media docena de cosas que te gustan, y lo que más me gustó fue el poema de la cántabra Dori Campos, que leyó Santiago Tena, un poema que me pareció miraquelindo/sublimatorio al principio, pero que me fue convenciendo poco a poco hasta que llegaron los versos “En sagrado tras la máscara, la intimidad lejana / de los peces”, geniales, y a partir de ahí lo escuché entregado, porque entiendo que para escribir eso hay que ser poeta.

Juan Carlos Pérez Medina hizo un homenaje al cantautor Paco Ibáñez. Nina Salinas anunció que ya no va a traer empanadas (riquísimas) a la Jam Session. Toño Benavides recitó mientras Gsús Bonilla comentaba por el chat que Benavides también es un magnífico ilustrador. El Cable Azul sigue en su línea de eclecticismo, muy aplaudido pero a veces demasiado fácil, como cuando recitó:
Supermán salva el mundo a hostias;
tú, con una sonrisa
Me gustó la energía y naturalidad de Malicia Cool. Gabriel Maciel o la sensibilidad es masculina. De Montoya quiero escribir más largo algún día, porque como poeta no me llama nada la atención, pero como prosista tiene algo que, trabajado, anuncia algo más fuerte. Arturo Ramos recitó un poema de tres versos titulado En un paréntesis, poema al que llamó “la receta de la felicidad” y que decía así:
Quisiera abrir un paréntesis:
(Entrar contigo con él y amarnos)
hasta cerrarlo.
JOSÉ ANTONIO PAMIES Y LOS SONETOS
Santiago Tena estuvo a su nivel habitual (alto). Silvia Nieva recitó un poema collage formado por siete estados de Facebook. José Tomás se estrenó de memoria y un poco rígido por los nervios. Y he aquí que, pasada media hora de las doce, sale José Antonio Pamies y dice ante micrófono, en la entradilla-comentario a uno de sus poemas:

–Para mí, un poeta que no sabe escribir un soneto no es un poeta.

Ya empezamos. Refiere Umbral en su Diccionario de Literatura que Luisa Castro fue excluida de una de las grandes antologías porque, adujeron, “no sabe lo que es un endecasílabo”. Pues ya me gustaría a mí no saber lo que es un endecasílabo y, en cambio, escribir poemas como los de Luisa Castro. El conservadurismo en los sembríos poéticos sigue siendo ingente. Conviene recordar que los metros se hicieron para la poesía y no la poesía para los metros. ¿Vamos a condenar el Mío Cid porque su autor o autores riman cuando se acuerdan y cuentan las sílabas con más errores que un niño de cuatro años? ¿Vamos a excomulgar a Vallejo o a Sodergran por sus errores técnicos? Por otra parte, en lo que se refiere a la sabiduría de los poetísimos, a mí me gustaría recuperar este fragmento que me encontré en el diario de José Luis García Martín, a fecha de 24 de octubre de 1994, que narra la anécdota que le aconteció a este crítico cuando se dirigió a Luis Alberto de Cuenca en un encuentro de poesía:
–En uno de los poemas que nos ha leído, “El otro barrio de Salamanca”, hay un verso (“que me envía señales de humo por el teléfono”) al que parece que le sobra una sílaba. Como está aquí su autor, ¿podría decirnos si se trata de una errata?

–No, no –replica Luis Alberto de Cuenca–, el poema ahora está bien. En la primera edición decía “que me envía señales de humo por teléfono”, pero García-Posada me dijo que tenía trece sílabas porque había sinalefa en “de humo” y entonces lo corregí añadiendo el artículo a “teléfono”.

De la discusión siguiente se deduce que la mayoría de los poetas y críticos presentes no saben las condiciones que deben reunir las vocales para formar diptongo. Lo compensan teorizando ampliamente sobre la postmodernidad.

JOSÉ LUIS GARCÍA MARTÍN, Dicho y hecho, Renacimiento, 1995, pág. 63
O sea, que no saben contar bien ni algunos de los mejores. Por otra parte, aunque el soneto ha sido considerado como la forma poética por excelencia, también ha habido quienes han criticado lo fácil, mecánico, previsible y monótono de sus mecanismos, como lo hizo Queneau con su Máquina de hacer poemas, o Gabriel Celaya al referirse a la poesía de Dionisio Ridruejo:

–Cuando Ridruejo llega al soneto tres mil trece, su máquina se detiene.

Nadie le pide a Eva Amaral o a Bob Dylan que conozcan los entresijos del Arte de fuga de Bach, y nadie obliga a los pintores jóvenes de ahora, aquellos que apuestan desde el principio por lo abstracto, a que pierdan diez años estudiando las técnicas de la pintura figurativa, pero en la poesía sigue habiendo un equipo de lechuzas infatigables que insisten en hacerle frente al día. Voy a recordarlo otra vez, aunque duela: el formidable edificio métrico-retórico de la poesía tradicional fue aplastado por las vanguardias y rematado por los sucesivos descubrimientos de la gramática moderna; a día de hoy, ya no son un conjunto de certezas sino un conjunto de opiniones, unas opiniones de mucha tradición, si se quiere, pero opiniones nada más. Al que le gusten, que las tome; y al que no, que pase de ellas. Dicho sea esto con todo el respeto a Pamies e incluso admiración, porque hay que tenerlos bien puestos para decir lo que dijo ante un grupo de poetas que, en porcentaje superior al 50% (y seguramente me quedo corto), no habrá escrito jamás un soneto. En todo caso, yo recojo el guante de José Antonio y el martes que viene voy a llevar un soneto mío, para risa propia y ajena (porque será malísimo).

La sesión la concluyó Paco Sevilla, que deslumbró de nuevo con su mente sinuosa y el poema en que atacaba a la cultura como una forma de castración, aquel que concluía así: “La cultura es una flor con gafas, no me gusta”. Camino de casa, sin tiempo para la moviola, aún iba pensando en el soneto. Nada tengo en contra de esta forma poética y, de hecho, me gustan los que escribieron Brossa, Lihn o Edmundo de Ory en el siglo XX. Uno de los poetas jóvenes que más he recomendado en el último año, por otra parte, es Óscar Curieses, autor de Sonetos del útero (Bartleby), aunque ni Curieses ni Ory ni Lihn ni Brossa escriben sonetos al uso, sino sonetos que no parecen sonetos. En todo caso, ya lo he anunciado, el martes que viene llevaré uno clásico, con las sílabas y la rima y los acentos internos bien puestos, pues nada me molesta más de algunos hooligans del soneto que eso: que se piensen que no queremos o sabemos escribir sonetos porque es difícil. Qué coño va a ser difícil un soneto.

Lo difícil es la poesía.


Jam Session Nº 7


DIABLOS AZULES - JAM SESSION Nº 7
18 de enero de 2011

POETA INVITADA
Olaia Pazos


POETAS PARTICIPANTES POR ORDEN DE APARICIÓN: 1. Juan Carlos Pérez Medina • 2. Juana Vázquez • 3. Luis Ricardo Suárez • 4. Ramiro Tapiz • 5. Javier Javier • 6. Batania • 7. Rosa Silverio • 8. Alfonso Pindado • 9. Carlos Salem • 10. Leire Olmeda • 11. Francisco José Najarro • 12. Nuria Herrero • 13. Gabriel Maciel • 14. Santiago Tena • 15. Giovanni Collazos • 16. José Antonio Pamies • 17. Martín Ortega • 18. Perico • 19. El Cable Azul • 20. Marta Massé • 21. Montoya • 22. Irene del Barrio

DURACIÓN: Dos horas y veintisiete minutos (desde las 21:48 a las 0:15).

INCIDENCIAS: Nuria Herrero, Perico, Leire Olmeda y Giovanni Collazos recitaron de memoria. Santiago Tena leyó el primer poema con el móvil. En las paredes del local luce una exposición fotográfica de Javier Jimeno Maté, Fotografía expuesta, que se inauguró el 14 de enero y permanecerá hasta fin de mes. 

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Que no, satélites, que no: las jam session no son festivales de poesía superlativa ni reuniones ursulinas de buenos cofrades ni el ejemplo más acabado de la supuesta salud de la poesía en la capital de la gloria: las jam session son un simple pacto entre bípedos caracterizados por el egoísmo, la ciclotimia y la tendencia al alcohol. Yo te escucho si tú me escuchas: tal es la letra del pacto. En caso contrario, ¿íbamos a aguantar dos o tres horas de pie escuchando a una recua de poetas, veinte poetas, treinta poetas, cuarenta?

Por eso triunfan las jam session. Por eso y porque Carlos Salem, perfecto conocedor de nuestros defectos, implantó el orden sorpresivo de llamada, que ya va siendo hora de explicarlo. Consiste en que uno puede apuntarse el primero en la jam, pongamos que a las 20:45, y, sin embargo, puede suceder que salga a recitar el último, pasada la medianoche. En estas sesiones nadie sabe ni por aproximación el instante en el que va a salir, salvo aquellos que lo piden por fuerza mayor o con receta del médico. Se evita de esta manera que la gente se relaje o aproveche para ausentarse durante hora y media en el momento en que conoce que va a recitar en el puesto 27. O de que la poetambre haga planes, Susana, te oigo mal, estoy en la jam de los Diablos, soy el número ocho, calculo que actuaré sobre las 22:30, quedamos en Cibeles a las 22:45. No quiero decir con ello que no nos guste la poesía, no. Claro que nos gusta. Nos gusta muchísimo. Sobre todo la nuestra.

Esa es la cruda realidad de las jam y la cruda realidad de la poesía en general, que disfruta a babor de una floración continua de plumas y voces pero, a estribor, sufre una carencia endémica de ojos y oídos sinceros. Ello no quita para que siempre haya una docena de almas de cántaro (el martes hubo más del triple, una rareza) que no suelen recitar y acuden por la cosa del bebercio, el ligoteo o, también, para escuchar a los amigos o algunos poetas de su predilección. Pero lo habitual de las jam es que escuchemos con un cuarto de oído a la mayoría de recitadores, con una oreja completa a una docena de elegidos y con los dos oídos enteros sólo a un club exclusivo de cuatro o cinco afortunados. Hay que merecérselo, claro. También se dan casos donde uno quisiera tener más de dos orejas para no perderse nada de lo que suena, pero son casos muy excepcionales. Hablo de Olaia Pazos.

El tétano del alma
Todos recordamos la primera vez que escuchamos a Olaia Pazos, ese timisoara de música, poesía e interpretación. De la fuerza que desarrolla esta chica en sus intervenciones no se puede escribir ni por aproximación, sino que hay que presenciarlo y resistirlo en el caso de que haya fuerzas, porque estamos ante una persona que se entrega de tal forma ante el micrófono que consigue acercar al público y hacerlo partícipe. A mí me da hasta un poco de miedo verla cuando se pone en trance. Estamos en el ciclo de los nervios, dice la poética de Huidobro, y en nadie como en ella veo esa presencia del nervio, de las venas naciendo naturales y creciéndole poco a poco por todo el cuerpo. Poetas hay que recitan solo con la boca y otros que utilizan también las manos o los ojos, pero Olaia Pazos pone en circulación el cuerpo entero para transmitirnos su más verdad, su stromboli rugiente de carne y espíritu. En ella se hace presente aquella frase de Artaud:
–Todo lo que no es un tétano del alma o no viene de un tétano del alma no es verdadero y no puede ser recibido en la poesía.
Pazos, de ascendencia vasca y gallega, nos ofreció una sesión de poco más de quince minutos donde se mostró más íntima de lo habitual y se ciñó a lo puramente poético. Recitó sin desplegar tanto las alas como otras veces, porque los versos con los que venía así lo ordenaban. “Vivir es una glotonería”, comenzó, y nos fue desgranando poemas dirigidos a su madre y otros que se movían entre la añoranza y la ironía:
Juguemos ahora a cantar canciones antiguas
en inglés
y a inventarnos el idioma
que siempre fue divertido imaginar
y lo de ser niños aún se nos da bien
Lo mejor de su intervención me pareció La filosofía del aplauso, declaración de principios que escribió a raíz de una crónica mía que no le gustó mucho porque en ella la llamaba “poeta espectáculo”. Os recomiendo que os detengáis en la fotografía de esa crónica, y no tanto por ella como por las tres personas que la están mirando, porque ahí se ve el grado de atención que concita esta chica. En la referida La filosofía del aplauso, que lamento no haber copiado, Pazos reclamaba la verdad valiente contra la mentira ostentosa.

–Yo no me exhibo, yo me expongo –repitió varias veces.

Para ver algo de su trabajo como actriz, podéis ver su videobook. Se me ha olvidado decir que Salem la presentó como una mujer “demasiado” y que Danilac escribió una vez, refiriéndose a ella, que “es un vodka inyectado en vena”.

Primera sesión “sostenible”
La jam session fue la primera de las siete que se han celebrado que giró en números soportables. Considero que la jam ideal es aquella que se mueve en una horquilla de doce a veinte poetas, y la del último martes congregó a veintidós, por lo que vamos entrando en números sostenibles. Lo que hemos vivido hasta ahora es una locura que no nos conviene, porque parecemos mihuras a punto de abrirse la puerta de toriles o compradores de colmillo goteante en la cola del primer día de rebajas. Uno se acelera, se presiona ante tanta gente, recita mal y con prisa, no escucha casi nada a los demás y todo se pervierte un poco. Salem dijo, por si acaso:

–Estas sesiones se han puesto los martes para no coincidir con las jam del Bukowski, que son el miércoles. El que tenga ganas de más poesía ya lo sabe: mañana hay otra sesión dos calles más abajo.

Recitó por primera vez Rosa Silverio. Alfonso Pindado leyó un poema en el que, citando la agresión que ha sufrido el consejero de Cultura de la Comunidad de Murcia, tildada de “terrorismo” en algunos medios, exponía otras formas solapadas de violencia, como el paro, la especulación o la banca. Juan Carlos Pérez Medina recitó partiendo de las reflexiones que le mereció "Amor líquido", obra del filósofo polaco Zygmunt Bauman, dedicada a analizar las relaciones personales y la postmodernidad. Salem dedicó su poema Gota a gota a Isabel García Mellado, que ha dado a luz hace una semana y a la que felicito, y otro a un amigo muerto, en el que decía que “la muerte es gilipollas”.

Martín Ortega comparó poesía con psiquiatría. Santiago Tena se refirió al poema sobre el infierno que recitó Dani Orviz hace una semana y señaló que, si esto es el infierno, él está dispuesto a quedarse. El canario Perico se estrenó y demostró cercanía y sensualidad en el recitado. Paco Najarro volvió a destacar por su recitación de mucha cadencia y también por su ingenio, como en las siguientes líneas:
Mi padre es un hombre trabajador, generoso, humilde y bajo. Yo soy un homúnculo altivo, egoísta, vago y bajo. Los dos moriremos con la misma genética.
Giovanni Collazos recitó por primera vez de memoria su clásico Nací en el lugar más absurdo del mundo. Gsús Bonilla me habló del impacto que causó Juan Carlos Mestre en el recital anual Inverso, el que organiza la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker. Sobre la recitación de Mestre mantuvimos una polémica en los blogs en la que tanto Bletisa como yo, basándonos en algunos videos colgados en Youtube, mantuvimos la opinión de que nos parece sobreactuado, pero vamos a tener que cambiar de parecer. Me lo dijo Esther Guerra la semana pasada:

–Los videos de Youtube no valen, a mí tampoco me gustan. Tienes que verlo en directo, es una bomba.

Iremos a ver a Mestre, por tanto. También hablé con Bonilla de la entrada que publicó en su blog el pasado viernes, de la que copio la parte principal:
...noto un tufillo, cada vez más intenso, a racismo en el planetapoesía; resulta que hay una especie superior en mis contemporáneos, una “elite” dentro del sistemas de castas en el que nos hayamos, porque quieras o no, y aunque tú no lo sepas, o sí, se te pone una etiqueta y santaspascuas. leo. oigo. en redes sociales, blogs, prensa... en poemas, quizá esto último, para mí, lo más insoportable. me da en el hocico que afloran, o quizás siempre estuvieron, ciertos matices que con el tiempo tienen pinta de rozar lo xenófobo. puede que sea alarmista, seguro; pero no me gusta nada el olor que desprende la discriminación, el aroma a superioridad, el hedor que proviene del descrédito.
La historia que narra Bonilla es antigua. El artista del idioma suele atacar al artista de la vida. El poeta de clerecía ataca al juglar. También sucede al contrario pero mucho menos. Ya en el Libro de Alexandre el autor la emprende contra los juglares (Mester trago fermoso, non es de íoglaría, / mester es sen pecado, ca es de clerezía, / fablar curso rimado por la cuaderna vía / a síllabas contadas, ca es gran maestría) y lo mismo hacen Gonzalo de Berceo y el Arcipreste de Hita. Góngora se mofa de Lope de Vega por rebajar su poesía al nivel de la plebe, y hasta gigantes como César Vallejo son y siguen siendo atacados por lo que se consideran errores de forma. En la prosa pasa parecido: Avellaneda hace un chiste fácil con los “yerros” de la cárcel donde Cervantes concibió la primera parte del Quijote, y narradores como Balzac, Zola o Dostoyevski son acusados de prosa-chapuza. Valle-Inclán llama “garbancero” a Galdós. “Qué gran escritor Balzac, si hubiera aprendido a escribir”, dice Flaubert, y atención a lo que declaró Faulkner:

–En ningún libro de Hemingway me he encontrado una sola palabra que me obligue a levantarme y buscar en el diccionario.

Le dije a Bonilla, y él estaba de acuerdo conmigo, que estos ataques que empezamos a recibir los poetas amétricos y narrativos no provienen de nuestros fallos formales, que siempre los hemos reconocido y que ya iremos corrigiendo poco a poco, sino del crecimiento que hemos experimentado en los últimos años, y eso que seguimos sin ser nadie. Mientras éramos unos pobres anónimos que malvivíamos sin comernos una rosca, todo el mundo nos elogiaba por nuestra frescura, aires nuevos, atrevimiento y bla-bla-bla, pero ahora que hay un circuito de blogs, bares, revistas y editoriales pequeñas pero pujantes que nos hacen caso, comienzan a aparecer los inevitables patricios que, con su cara de corbata y las bolsas cargadas de hayques, nos exigen trivios, cuadrivios y aprendizaje obligatorio de las leyes jurásicas de pesos y medidas. Que tenemos que hacernos endecapléjicos, nos dicen. Que debemos escribir con una flor hincada en el culo, no te lo pierdas. Qué preocupados están con nosotros, los pobres. Mientras tanto, un tal Nicanor Parra, no sé si lo conocen, aconseja a los jóvenes que empiecen a escribir como les venga en gana porque, subraya, en poesía todo está permitido.

Escandar Algeet junto a García Montero
De José Antonio Pamies me gustó "la triste vocación de policía" que achacaba a Occidente en su poema Abrazado a lo otro, que se puede leer en su blog. Gabriel Maciel comienza a quedarse fijado en mi cabeza por su recitación sentida y pausada. Nuria Herrera se estrenó también con su memoriosidad y seguridad habitual. Nuria es de esas raras personas que te puede estar una tarde entera recitándote poemas completos de sus poetas favoritos, costumbre ya en desuso.

–Apunta este nombre, Batania –me dijo un menda hace unas semanas–: el mejor poeta vivo en español es Alfonso Quijada Urías.
–¿Alfonso qué? ¿Me puedes decir algunos versos?
–Ah, qué va. Busca en Google. Alfonso Quijada Urías. Salvadoreño. Un crack.

Ya lo busqué y es muy bueno, pero no me detengo. Irene del Barrio se proclamó habitual de los botellones y recitó un poema contra los cortejadores incansables de mujeres. Juana Vázquez está llevando hasta el límite su propósito de ir abandonando su poesía metafísica anterior por una más cercana y a veces erótica. Su poema más aplaudido concluía así:
Dicho de otra manera:
yo te quiero follar como te folla el tiempo
sin dejar ni una brizna de tu cuerpo al margen...
¡¡todo entero!!
No se me olvide referir que Escandar Algeet recitará en Diablos Azules el 29 de este mes junto a Luis García Montero, dentro del ciclo Delirium Tremens que organiza la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker y que consiste en unir a un poeta joven con un poeta consagrado. Escandar Algeet es ese chico que firma en la red con Tayler Durden y cuyos comentarios en este blog son verdaderas cápsulas de significado. El último que me ha enviado, por ejemplo, termina así:
-El mundo está hecho mierda. ¿De qué si no se iba a escribir tanta y tan buena poesía?
Javier Javier, cuyo nombre literario es J. Seafree, nos trasladó sus comienzos dentro de poéticas cercanas a la vanguardia y nos leyó una letanía publicada en una antigua revista que editaba hace casi veinte años, “La nueva poesía eléctrica”. Me regaló El universo sería paz, por lo que aprovecho para copiar Las palomas, poema que recitó la semana pasada y que me gustó mucho:
cada instante que un niño pasa
dando de comer a las palomas
es una enmienda al mundo

¿para qué sirve un misil
dueños de la muerte
que dormís entre plumas?
Era la una de la mañana cuando abandoné el local y me dirigí por San Vicente Ferrer hacia mi trabajo, aún con el recuerdo de una jam de nivel medio y mucho más sosegada que las anteriores. Mientras caminaba iba recordando a los poetísimos que denunciaba Bonilla, que al parecer disponen de tanto tiempo libre que lo dedican a explicarnos a los demás lo que es la poesía y en qué centímetro exacto comienza la no poesía. Creo que fue Vicinzcey el que dijo que, a la hora de contratar un profesor de tenis, conviene primero verle jugar, y eso es lo que me pasa a mí con la mayoría de estos seres superiores: siempre me convencen con sus artes poéticas y nunca con sus poemas. Demasiado eufónicos, demasiado literarios, demasiado miraquelindos, demasiado coñazos. No les niego méritos y, de hecho, son los únicos con los que puedes pasarte una tarde entera hablando, por ejemplo, de temas tan fascinantes como la utilización de la sinestesia en la obra última de Juan Ramón Jiménez, pero ya digo que me noto una falta de órganos hacia la mayoría de ellos, un total pasotismo hacia sus hayques, hacia su escapismo, su compromiso con el cero, un aburrimiento cósmico, en fin, ya lo he dicho antes, no sé si me explico.

Que no me gusta cómo juegan al tenis, vamos.

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